miércoles, 10 de septiembre de 2008

Una clase cualquiera

Bueno, no es una más de mis clases en la escuela nocturna para adultos: es mi grupo favorito. Saben muchísimo, muestran mucho interés y las clases están llenas de entusiasmo y bromas constantemente. Una gozada para cualquier profesor. Casi un sueño, me arriesgaría a decir. El caso es que en todas partes cuecen habas y, para que veáis que cosas divertidas y/o extrañas pueden ocurrirle a cualquiera, os cuento lo que me ocurrió en mi clase de ayer martes.
Empezamos bastante bien, porque uno de mis alumnos se había acordado de traerme unos cd´s de Dusminguet. Sí, sí, como lo leéis, ha llegado a Bélgica, y este alumno (un señor de 60 años, todo hay que decirlo) lo escucha y le gusta mucho y me trajo tres cd´s para que los escuche y los copie si me gustan, cosa que pienso hacer porque estoy flipada con ellos (bueno, de momento sólo estoy escuchando uno de ellos, y me encanta la energía y la alegría que me está transmitiendo, ¡es como si estuviera en España!).
Así que empecé la clase con una sonrisa, oye, qué majos que son mis alumnos, cuando de repente suena un teléfono. Me da mucho coraje que suenen los móviles en clase y mis alumnos lo saben, así que con mi mirada felina estaba intentando detectar al culpable mientras el teléfono seguía sonando. Menos mal que de pronto alguien dijo "¡pero si es el teléfono que está pegado a la pared!", porque ya empezaba a hinchárseme la venita de la frente (esa que no tengo). Cuál sería mi sorpresa al darme cuenta por primera vez en dos años que hay un teléfono pegado a la pared del aula, que suena y que, si lo descuelgas (por valentía de mis alumnos que me animaban a hacerlo, que yo no me atrevía, me daba un poco de miedito) suena la voz del director pidiéndome que haga la pausa antes para ir a verle a su despacho.
Recuperada ya del susto, prosigue la clase con normalidad. Ejercicio de gramática, ejercicio de vocabulario y, al llegar a la lectura, todos concentraditos y calladitos como niños buenos, suena otra vez el teléfono. ya sé dónde está y sé que es el teléfono lo que suena, pero sigue dándome miedo. Bueno, será el director otra vez. Efectivamente, esta vez para decirme que la mujer de uno de los alumnos le espera en el hall por algo urgente de la bici. Gwen (que así se llama mi director, qué salao es él, aunque demasiado pálido, y siempre de negro, en fin) no puede controlarse y se descojona mientras me dice eso, así que yo tengo que hacer un esfuerzo sobrehumano para no descojonarme a mi vez mientras le digo al interesado que su mujer le espera abajo para tirarle de las orejas. Nadie dice nada, pero yo, desde mi posición privilegiada que todo lo controla, veo sonrisillas maliciosas, je,je, que se os ve el plumero.
Vale. La pausa de rigor y vuelta a clase. Tiempo de conversación. El tema: sensaciones, olores, descripción de la gente, bares, calles, etc... españoles, tomando como punto de partida un artículo de Elvira Lindo. Ideas que fluyen, corrijo fallos, pronunciación, en fin, lo normal. Al loro. Según un alumno (el mismo que me trae los cd´s de Dusminguet, todo el mundo tiene que tener defectos) en España, los bares en los que el suelo está lleno de servilletas, cáscaras de gambas, colillas, huesos de aceituna, etc, LO HACEN A PROÓSITO PARA MOSTRAR QUE EL BAR VA MUY BIEN ECONÓMICAMENTE, QUE TIENE ÉXITO, y tantos clientes que la basurilla de bar típica española acaba en el suelo.
En fin, sin comentarios.
A ver qué se les ocurre en próximas entregas. Os mantendré informados...

3 comentarios:

Aniceto Valdivieso dijo...

jejeje, muy buena... yo habia oido que en una guía extranjera explicaban este fenómeno como si fuese un signo de aprecio por la calidad de la pitanza, o lo que es lo mismo, cuanto mas rica estuviese la comida, mas servilletas se tiraban al suelo. Bueno, ya sabemos todo lo que les cuesta a esos señores tan ordenados entender nuestras barbaras costumbres, pero tambien hay que reconocer que es mas rapido y facil limpiar de vez en cuando el suelo que limpiar constantemente todo, ademas nosotros tenemos la costumbre de estar de pie, creo que eso tambien tiene mucho que ver, asi como nuestra forma de ir a los bares y relacionarnos, muy diferente de la suya, creo.
Y tambien hay que decir que a lo mejor nosotros tiramos mas las cosas al suelo, pero los centro europeos en general creo que, por ejemplo, cuidan menos su aspecto, no quiero decir que deberían llegar al metrosexualismo, pero si que es cierto que tanto lo de arreglarse para fechas señaladas como otros detalles mas sutiles les falta un toquecillo, no es asi?.
conclusion: una de cal y otra de arena.
re-conclusion: Aristóteles
PD: creo que la mejor canción de Dusminguet es la de sonajeros de colores, y si tu alumno quiere oir mas grupos del género, aunque no sean exactamente lo mismo, si son del ramo, los ahora archiconocidos delinquentes y muchachito bombo infierno, herederos directos de esas rumbitas de kiko veneno y raimundo amador.
Ahí queda eso.

Lydia dijo...

Efectivamente, ya había oído yo otras teorías al respecto de los bare. Y todas absurdas (paréceme a mí) por ser precisamente eso, teorías sobre algo que no puede teorizarse. Digo.
Me uno a la reflexión acerca del cuidado (poco) que ponen (muchos, no todos, siempre hay honrosas excepciones, menos mal) en su aspecto, especialmente en bodas y eventos de alto copete. Diferencias culturales. Hay que aprender de ellas.
Hasta ahora fimro también que la canción que más me gusta de Dusminguet es esa, aunque aún hay un cd entero que tengo que escuchar. Pondré a mi alumno al día con la nueva rumba española. Ea.

Anónimo dijo...

Te has superado a ti misma, hermosa. Por primera vez desde que te fuiste he sido capaz de imaginar con vívidos detalles cómo es una de tus clases, casi como si estuviera allí, y me ha gustado mucho la experiencia. Espero que vuelvas a informar de ellas en el futuro, porque la verdad es que son un filón de anécdotas...
Por cierto, no has contado qué quería tu jefe la primera vez que llamó para que fueras a su despacho en la pausa... (si es que no se me escapa una)
Por último, ponles al día en la rumba española, pero ten cuidado y no acabes recomendándoles discos de Los Manolos...