lunes, 31 de marzo de 2014

Yoga en horario de verano

Qué distinto de hacerlo en invierno. Ayer, entre el cambio de hora, el tiempazo que nos ha tocado (sol, calorcillo, árboles en flor, pájaros piando por las mañanas, en definitiva, primavera de la güena) y el domingo en familia que había pasado, me sentía llena de energía, con mucha fuerza, para practicar mi sesión semanal de yoga.
Hasta hace un par de semanas recurría al yoga del domingo por la tarde como una fuente de energía de la que beber para llenarme justamente de eso, de energía, antes del comienzo de la semana. Antes y después de la clase el profesor ofrece siempre una taza bien caliente de té de hierbas, y entre eso, la calefacción a 25 grados y la musiquita india de fondo y el yoga en sí, sentía literalmente que recargaba pilas y podía enfrentarme al lunes por la mañana.
Ayer también estaba la calefacción a 25 grados de modo que, en vez de ser una especie de refugio del frío de fuera, fue una invitación a sudar y a fortalecer los músculos de cara al verano. La musiquita era como más movida, con un ritmo un poco más rápido. Y el té lo cambié por una servesita al llegar a casa ☺
Hoy he tenido la misma energía que otros lunes después de mi clase de yoga, pero también más agujetas y una potente sensación de que, ahora sí, ya es primavera. 

lunes, 24 de marzo de 2014

4

A lo minimalista, título escueto.
4 años los que cumpliste ayer, Tobias (y mira que no digo "muñeco" ni "peque", "que no soy muñeco ni peque, mamá, que soy Toooobias..."). Dios, 4 ya. Como cada año, te he escrito en tu diario por tu cumpleaños. Como cada año, nos traes la primavera. Esta vez, además, tu primera fiesta de cumpleaños. Tuya. Escogiste a los amigos de tu clase a los que querías invitar, escribimos jutnos las invitaciones, nos ayudaste a decorar el salón, a hinchar globos y poner serpentinas, compramos juntos las tartas, repartiste golosinas y galletitas en los platitos que, también juntos, habíamos comprado hace unos días para la ocasión. Todo a juego, como a mí me gusta, ya sabes. A ti también empieza a gustarte eso de que todo pegue y vaya a juego, je,je. me hincho cual gallina clueca con mi polluelo, tan ordenadito y estructurado como su madre.
Esta mañana me has pedido por favor que dejemos las serpentinas y los globos colgados "muchos, muchos, muchos días, así" (señalándolo con los diez dedos de las manos). 
Faltaría más, Tobias. Haré un esfuerzo por reprimir a la Ms. Proper que llevo dentro y gracias a ti resaborearemos y rememoraremos todos tu cumpleaños muchos, muchos días más.