domingo, 23 de noviembre de 2008

Domingo de invierno

La foto da fe de ello: tomada desde el salón de casa hace 5 minutos, encaja con una postal navideña austriaca o algo así. Para más inri, tengo el catarro típico de estas fechas que comentaba, así que me he pasado la mitad del día leyendo el  periódico, en neerlandés y en español, con todos los suplementos (molones y menos molones) típicos del fin de semana. Me han venido de perlas, de verdad.
En uno de esos suplementos, en el del periódico belga, me he dado de bruces con una nueva palabra que encaja perfectamente con los tiempos modernos en que vivimos 
(ay, si Chaplin levantara la cabeza...): en la típica-de-todo- suplemento-que-se-precie sección de cocina entrevistan a un tipo que no es cocinero, ni siquiera restaurador. Se denomina a sí mismo....(redoble de tambores) ¡foodarchitect! Sí, sí, tal y como lo leéis. Muy moderno él, claro, treinta y pico años, pelo despeinado a propósito, uniforme de cocinero acorde con los tiempos, posando en el suelo de la cocina en vez de en una silla como todo hijo de vecino. ¡¡¡La de cosas que aprende una cuando tiene tiempo para leer el periódico!!!A partir de ahora no me fiaré de ningún cocinero, ni siquiera restaurador. A partir de ahora, o foodarchitect o no como en tu restaurante.
Vaya una entrada chula que puede inspirar la nieve, oyes.

El año tiene 16 meses

Enero, febrero, marzo, abril, mayo, junio, julio, agosto, septiembre, octubre, noviembre, noviembre, noviembre, noviembre y diciembre.
Qué mes más largo éste, tan oscuro, de días tan cortos. Siempre me toca coger un buen resfriado-griepcilla en esta época, y este año tampoco me he librado. 
Siempre hay más trabajo de lo normal, no se ven aún los días de Navidad en el horizonte cercano.
Y llueve, mucho.

¡Hay que hacer algo para animarse!

jueves, 20 de noviembre de 2008

Lo urgente no le deja espacio a lo importante

No sé si ya he escrito esto antes, pero es una frase que una vez dijo mi amiga Ana y que me parece una de las frases más sabias que he oído nunca. Desde entonces se repite en mi mente casi todos los días, y cada día me doy nuevamente cuenta de la enorme verdad que encierran estas palabras.
Por dedicarme a lo urgente voy por la vida muchas veces más rápido de lo que debiera, y me falta el tiempo y la concentración para dedicarme a lo importante: aprender, leer, pasar tiempo con mis amigos y familia, reír, estudiar más, ser mejor profesionalemente, escribir poemas de nuevo, observar a mi alrededor para luego ponerlo en el blog.

Hablando de intimidades, este otoño está siendo menos duro que los dos anteriores. No sé si es que ya me he acostumbrado a que los días se hagan noche a las 5 de la tarde, a la lluvia y a la luz que ilumina tan poquito, o simplemente que me he hecho un poco más mayor y no dejo que esas cosas me afecten tanto. No sé por qué, pero es así, Mejor para mí, uf, qué mal lo pasé el otño pasado, y el anterior...
Mientras escribo esto bebo té caliente con sabor a chile y a chocolate, ole. Lo compramos en Aachen (Aken en neerlandés, Aquisgrán en español) en un viaje relámpago que hicimos hace dos fines de semana, aprovechando un puente y un regalo de bodas que nos quedaba por usar ;-)
La tienda donde lo compramos es la típica tienda de tés alemana, con miles de chorradillas para eso, con latas y latas de tés de todos los nombres y olores, que puedes olisquear hasta que te decides por el/los que quieres comprar. Estando allí dentro me acordaba de los viajes que hacía mi padre a Alemania cuando éramos niños y aún vivíamos en Cáceres y volvía describiendo esas tiendecitas como el séptimo cielo. Después nos contaba los olores y cientos de tipos de tés que podría haber comprado y yo pensaba que de mayor quería beber eso tan raro y tan rico.
Pues ya soy mayor y este té caliente es perfecto para esta época del año, las bolsitas en que nos lo empaquetaron eran indénticas a las que solía traer mi padre y los miles de olores y tipos de té estaban encerrados en esas latas enormes que él describía.
Como el pasaje de la magdalena en "En busca del tiempo perdido"...

viernes, 14 de noviembre de 2008

Mamá, quiero ser espía

Es el efecto del último libro que me he leído, "The spy who came in from the cold", de John le Carré.
No es una novela profundísima ni renovadora ni una obra maestra de la literatura de todos los tiempos, pero me ha enganchado desde el principio, se lee facilísimamente y he disfrutado sumergiéndome en una historia que no tenía más pretensiones que la de entretener. Punto.
Lo que pasa es que ahora yo también quiero ser espía...
Creo que soy un poco impresionable. Pero sólo un poquito.

PD: Curioseando en Wikipedia he descubierto que no es su nombre real, que es un pseudónimo, vaya, qué decepción, me gusta mucho más que el nombre de verdad...

Nos vamos a Islandia

Había olvidado contarlo, con tanto ajetreo los últimos días...Hace unas tres semanas compramos los  billetes y reservamos un hotel guay en Reykjavík. Sí, sí, ventajas de la crisis económica y de que, de repente, todo un país esté a punto de la bancarrota. Vale, dichpo así parece que somos unos cabrones despiadados que se aprovechan de la desgracia ajena para montarse unas vacaciones en pleno invierno (vacaciones que aquí existen, por cierto, no es que nos hayamos sacado de la manga unos días así como así), pero no es así.
Soñamos con viajar a Islandia casi desde que nos conocemos (me refiero a Mathias y a mí, por si no había quedado claro) y hasta ahora era imposible por lo carísimo que resultaba un viaje así. Pero los precios están por los suelos, el turismo ha aumentado un no sé cuantísimos por ciento en los últimos meses y, si hay algún momento ideal  para ir allí, es éste.
Sí, sí, nos hemos dado cuenta de que es febrero, y hará muchísimo frío y habrá muchísima nieve y todo el día estará oscuro...Pero, ¿y lo que mola? En serio, creo que no vamos a tener muchas más oportunidades de vivir por unos días en circunstancias así por el resto de nuestra vida, ¡tengo tantas ganas!

Y ya está. Creo que escribir sobre un viaje es una manera de escapar al encierro al que me he sometido esta mañana yo solita, con más de 50 exámenes por corregir, lluvia y cielo gris fuera y sin más compañía (muy grata, sin duda) que la de Bob Dylan, Death Cab for Cutie, Interpol, Beirut y Ennio Morricone. 
Es hora de que me dé un poco el aire, aunque sea frío y lluvioso, que se me está poniendo cara de profesora de español ;-)

¡Islandia, allá vamos!

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Eleanor Rigby y Billy Holiday

Dos mujeres con las que me he cruzado durante nuestro viaje en Inglaterra. Una ficticia y otra real. Las dos convertidas en símbolos.
En Liverpool, cerca de "The cavern" (el lugar donde empezaron a tocar The Beatles y que, por cierto, es imposible de encontrar, sepultado como está bajo tanta publicidad, letreros y tiendas) hay una pequeña estatua de bronce de Eleanor Ribgy. Inculta de mí, no sabía quién era. Ya sé quién es: es el título de una de las (aparentemente) mejores canciones de la banda inglesa, y se ha convertido en todo un símbolo de aquellas personas que sufren la terrible enfermedad de la soledad. He escuchado la canción, y es triste, pero hermosísima. Por si tienes curiosidad y no la habías oído nunca, pincha aquí.
A Billy Holiday sí que la conocía y di de nuevo con ella en una exposición que vimos en Manchester sobre el arte en torno a The Black Panthers (Panteras Negras) muy muy muy interesante. La exposición, gratuita (ya comenté lo mucho que me flipa que los museos sean gratis en Inglaterra), hacía primero un recorrido por la historia de los EEUU, el racismo en aquel país y los movimientos de lucha por los derechos de los negros para después centrarse en los Panteras Negras y en el arte en torno a ese moviemiento. Pues bien, en esa primera sección, acompañando imágenes de verdad estremecedoras, se podía escuchar esta canción de Billy Holiday, un verdadero alegato contra el racismo en una época en la que alzar la voz en contra de esas injusticias suponía jugarse mucho. Hasta la vida, si eras negra, como ella lo era. Creo que en eso no hemos avanzado mucho, si es que se supone que la historia avanza. Pero no quiero enredarme por esos caminso, quizá en otra entrada.
La canción habla sobre el linchamiento de un chico negro al que cuelgan de un árbol. Se me ponen los pelos de punta al oírla.La canción se llama "Strange fruit".

Es maravilloso viajar por placer, y tener la oportunidad de reflexionar acerca de lo visto y vivido después, y el lujo de poder escribir sobre ello.
He aprendido tanto en este viaje...Como en todos, supongo.



martes, 4 de noviembre de 2008

Un poco frustrante

Estoy pensando que la que debería ser inmediatez característica de un blog es contradictoria con mi idea de escribir acerca del viaje a Inglaterra varios días después de haber vuelto de susodicho viaje y en varias entradas a causa de la gran cantidad de cosas que quiero contar...
Las impresiones del viaje están aún muy frescas y he escrito mucho durante estos días, además de que me he topado con muchos temas sobre los que he reflexionado, charlado con Mathias y sobre los que ahora quiero escribir.
Pero ya digo que no sé si tiene mucho sentido, hay tantos cambios a nuestro alrededor, el mundo gira tan rápido y cada día recibo tanta infomración sobre la que quiero escribir, que me da la sensación de que hacerlo sobre cosas ocurridas hace una semana no tiene mucho sentido.

Buf, síndrome post-vacacional y una mente que bulle como una lavadora, no es buena mezcla.

A mi aire


Como puede verse en la foto, mientras medio mundo presta hoy toda su atención a EEUU y las elecciones que allí se celebran, yo, más chula que un ocho, desvío la mía hacia otro país, Inglaterra.
Por llevar un poco la contraria, y porque hace tres días regresamos de un viaje de una semana que hemos hecho por allí, visitando Londres, Manchester y Liverpool.
Tengo mucho que contar y poco tiempo ( el trabajo, sí, bendito trabajo...) así que hoy contaré sólo una parte de mis impresiones del viaje , y un poco de forma esquemática. Allá vamos:
  • para empezar, Londres es totalmente distinto al resto de las ciudades inglesas que conozco, y la gente también. Consumismo a rabiar. Centros comerciales a tutiplén y grandes como para perderse en ellos cual laberinto (vale, esto del consumismo lo amplío a todo el país, qué coño). Yuppies jovencitos para aburrir, de coca hasta las orejas y copa de vino blanco en un bar lounge al salir de trabajar jugando a ser broker de bolsa. Mucho españolito en este grupo, por cierto.
  • hablando de españoles: Londres, lleno. Por todos lados, de todas las edades, turistas y banqueritos de los que hablaba en el punto anterior (muy pijos ellos, creo que no hace falta ni decirlo)
  • aviso para navegantes: el transporte es caro, carísimo. En Londres, me refiero. Y funciona genial, vale, pero, joder, qué precios. Billete sencillo de metro, 4pounds. Suma y sigue.
  • Noting Hill mola, pero no tanto como creía. Covent Garden me encantó y tiene muchísima vida. Ni que decir tiene que son visita obligada Westminster, el Big Ben, el parlamento, Buckingham Palace, Hyde Park y la Torre de Londres, además de casi todos los puentes que cruzan el Támesis (Thames, para los amigos)
  • ¡¡¡Todos los museos son gratis!!!Eso es cultura, y lo demás son gilipolleces. Sí, las exposiciones temporales cuestan dinero, mucho, pero las permanentes no. Vivan los ingleses, de verdad que es una de las cosas que más me han gustado en este viaje. British Museum y Tate Modern absolutamente recomendables.
Y hasta aquí podemos leer, sé que no es una entrada muy atractiva pero por algún sitio tengo que empezar y no tengo mucho tiempo.
Mañana, más.
La foto es nuestra, por cierto. Profesional, ¿eh?

PD: Ventaja y desventaja de los museos: el British parece un mercao el sábado por la mañana (si costara dinero otro gallo cantaría al personal, además de que respetarían las piezas que allí se exponen y no las toquetearían) y la Tate está abierta viernes y sábados hasta las 10 de la noche.