jueves, 20 de diciembre de 2012

Caligrafía

Qué pena. Antes tenía una letra que me encantaba, no muy "de chica", redondita pero con personalidad. Creo. Sin embargo, con el paso de los años y horas y horas y horas de teclear, mi letra se ha arrugado y hecho fea y un poco agria. Me esfuero por enderezarla y darle forma y la redondez de antaño, pero nada, que no quiere. 
El esfuerzo es casi diario, y tiene el aliciente de que escribo tres diarios (ya sabéis, yo y los cuadernos): uno mío, otra para Tobias y otro para Clara (desde que me quedé embarazada de ambos).
Pero nada.
¿A alguien le ha pasado lo mismo? 
¿Alguien tiene algún truco para recuperar el esplendor de la caligrafía? (estoy dispuesta casi a cualquier cosa que no sean los cuadernillos Rubio, que aquí no hay y en ese mundo en que vivimos parecen cosa de otro siglo, cosa que, por otra parte, lo son)

¿El fin del mundo?

Se supone que iba a ser mañana, día 21/12/12. Pero en algunas partes de la tierra ya es 21 de diciembre y, una vez más, nada, no lo es. El fin del mundo, digo. 

Mientras espero al próximo (fin del mundo), disfruto hasta la médula de los preparativos para la Navidad. Este año mucho, muchísimo, más que otros años. Será porque los niños, al menos Tobias, se dan cuenta de que llega, y habla sin parar del árbol de Navidad, y busca los más bonitos y mejor iluminados cuando vamos por la calle, lleno del entusiamos que solo tienen los niños.
Será porque estoy más receptiva que otras veces a dejarme acariciar por las luces que adornan las calles, por la acción solidaria que organiza Studio Brussel; será porque este año estoy muy sensible al cambio de las estaciones, al tiempo, a que los días sean cada vez más cortos, más oscuros y muy caseros; será porque hace falta un refugio que nos salve de tanta tristeza, crisis y malas noticias; será porque (casi) es Navidad.

Sea por lo que sea consigo hacerle un hueco, un espacio de silencio, paz, calor, aquí dentro, que me permite aislarme de los estreses y prisas de estos úlimos días de locura examinativa y correccional en el trabajo. 
Una vez más, me sueno a mí misma a tópico, pero de verdad que me da igual. Al contrario, estoy contentísima con esta Navidad que llevo dentro, y por eso este año hemos comprado un árbol grande y de verdad con el que los críos y yo estamos super entusiasmados, hemos puesto un Belén y decorado un poquito el salón, me he quitado tiempo de otras cosas pendientes para salir una mañana a comprar algunos regalos (esta vez consciente de lo que quiero que signifiquen para las personas a las que quiero, no porque sí, porque toca, como tantas otras veces) y me he emocionado con la actuación de Tobias y los demás niños del cole en la función de Navidad del pasado martes.¡Si hasta me he bajado un cd de villancicos versión "indie" para poner en nuestras tardes caseras de juegos y libros y cocina! 

Así que, llena de este espíritu de verdad sincero y, si por lo que sea no puedo deseártelo en persona (o por teléfono, aunque sea): ¡FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO!

lunes, 3 de diciembre de 2012

Tell me why

I don't like Mondays, tell me why, I don't like Mondays, tell me why...
http://www.youtube.com/watch?v=o2I84-A9duY

Yo sé por qué. Porque hemos tenido un estupendo fin de semana, con los niños, entre nosotros dos. Serie nueva, obras en casa, planto semillas con Tobias y vemos juntos cómo crecen, peluquería con él y Clara, mercado local, fiesta de Sinterklaas, familia a la que hacía tiempo que no veíamos. Muñeca nueva, grúa gigante, Janis en el coche, lluvia y frío fuera y nosotros bien calentitos dentro. 
Avanzamos con el patio (el sábado sí que pasamos frío, todo abierto mientras hacían las obras, pero improvisamos los juegos y la comida en nuestra habitación, un poco apretados, pero fue divertido), a nuestra casita le queda un poco menos para ser como queremos.
Risas con ellos, aunque también muuuuuuuucho cansancio el domingo por la tarde, así que enfados. Qué difícil es a veces educarles.
El tiempo, el frío, la primera agua nieve, los días hiper cortos, todo nos lleva a Navidad, así que lo último para lo que tengo cuerpo es para un lunes como el de hoy, estas dos semanas son intensísimas de trabajo.
Si no pueden ser vacaciones todavía, al menos que no sea lunes, menos aún un lunes tan largo...


sábado, 24 de noviembre de 2012

¿A qué huelen las cosas que no huelen?

¿Alguien se acuerda de ese anuncio de los noventa? No por el anuncio en sí, sino porque desde hace días, casi semanas, me ronda la cabeza un desasosiego: no sé a dónde van a parar los pensamientos que, una vez pensados, no hemos vuelto a poner en práctica.
Me explico con un ejemplo: hace un par de meses di una charla a un grupo de estudiantes de la universidad de Lovaina acerca de las distintas posibilidades de estudiar en España (hay muchísimas más que la Erasmus)
El caso es que llevaba preparando, y con ganas, esas charla varios días. Cuando terminó, me di cuenta de que había olvidado decir algunas cosas, un par de anécdotas, una bromilla. Y, ahora, tantas semanas después, no recuerdo de qué se trataba. Esos pensamientos: ¿han desaparecido?
Igual que cuando anoto mentalmente ideas que quiero comentar en la mesa con Mathias, ya por la noche, al calor  de un vinito o una cervecilla, después de un día de trabajo. Generalmente no son trascendentes ni van a definir nuestra existencia, pero me da rabia cuando me doy cuenta que las he olvidado, que no recuerdo de qué artículo se trataba, o qué suceso o qué me llama la atención de una persona X que quería comentárselo a Mathias, o qué han dicho o hecho los niños que merece la pena rememorarlo unas horas después.
Imagino que será un mecanismo humano para no sobrecargar la memoria, que no se puede almacenar y recordar todo. ¿O sí?
¿Alguien ha pensado alguna vez en esto? ¿Habrá pelis o libros o ensayos que hablen sobre ello?
Una última conclusión: me ocurre lo mismo con el blog, casi a dirario tengo ideas y temas sobre los que quiero escribir, y casi a diario por múltiples razones no puedo sentarme a hacerlo, de modo que esas ideas se me van,  se borran, desaparecen. Me da mucha pena.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Primer día de cole

Ya está, hoy ha sido tu primer día en el cole, Tobias. Bueno, medio día, esta semana tienes la suerte de que mamá ha removido Roma con Santiago para quedarse en casa durante el día y poder llevarte y recogerte y que puedas venir a comer a casa y echarte la siesta. Muchos papás nos habían dicho que los primeros meses estáis muy cansados, que son muchas emociones y experiencias nuevas y vuestros cuerpecitos necesitan mucho descanso para asimilarlo todo.
¡Ha sido todo un éxito! No has llorado nada de nada y, cuando por fin hemos entrado en la clase (hoy, excepcionalmente, podía llevarte hasta tu clase, igual que los papás de los otros 11 niños que también empezaban hoy en párvulos) sin problemas te has quitado tu solo el abrigo, sabías ya dónde colgarlo junto con tu mochila (tu símbolo es el globo) y te has ido directo a jugar, hala, adiós, mamá.
Toda orgullosa me he venido a casa pensando en ti, en lo personajito que eres, con tu mochilita, tu gorro y tu bufanda, tan grande ya que vas al cole y, al tiempo, tan pequeñito todavía. 
No, no he llorado, no te preocupes, estaba (estoy) tan orgullosa de ti, ¡cómo podría llorar, al contrario!
La mañana se me ha quedado en nada, cortísima, y cuando me he dado cuenta tenía que salir otra vez a buscarte. Madre total, esperando a la puerta del cole a poder entrar para comerte a besos. Madre total, de charleta con otras madres haciendo tiempo (claro, he llegado demasiado pronto, pero es que además tenía que inscribir, YA!, a Clarita, Dios, acabo de dejar  a uno y ya tengo que empezar a pensar en dejar a la otra...) hasta que ha sonado la sirena.
Y ahí estabas, super obediente, sentado en el banco con los otros niños hasta que llegara mamá, tan mayor, tan pequeñito aún...Uf, se me ha salido el corazón por la boca, qué sensación más increíble! Y desde que me has visto hasta que has llegado a casa no has parado de contarme lo que has hecho, lo que ha pasado en esas poquitas horas -seguro que para ti han sido larguísimas-: que si una canción, que habéis tomado leche, que te has comido el plátano que llevabas para el recreo, que has salido fuera en el recreo, que dos niños iban corriendo y se han caído al suelo y se han hecho daño, que no sé qué de un camión y un tren y los coches, que habéis leído un libro, que tú no te sabías la canción, que has hecho pipí en el wáter con la juf (seño) Ann, que, que, que...tanta emoción que por el camino te has hecho pipí en los pantalones ;-)
Ahora duermes, después de ponerte morado con la comida que te ha hecho mamá, acelerado todavía, sin parar de hablar mientras comías. Después de comer, mientras yo recogía, todavía tenías energía para correr y montar en bici por el salón y saltar en el sillón y subir las escaleras a cuatro patas, uf! Yo creo que estabas ya tan pasado de rosca, con tantas emociones, que todo eso tenía que salir por algún sitio.
Por eso ahora estás recuperándote de todo lo que has vivido hoy. Ha sido un gran paso para ti, pero aún más para tu papá y para mí. Tu primer día de cole, nunca lo olvidaré. Por eso te escribo, para que algún día tú también puedas leer cómo fue el primer día de los muchos años que te esperan en el colegio...
Y, sí, claro, cómo no, te he hecho fotos. ¡Y no era yo la única cámara en mano esta mañana en el patio!

miércoles, 24 de octubre de 2012

Scrabble

A veces me da un poco de vergüenza escribir entradas frívolas sabiendo lo que está pasando ahí afuera. Una abre el periódico y tiene que esforzarse por no echarse las manos a la cabeza y poner el grito en el cielo.
Pero luego el angelito (o el demonio del otro lado) me dice que bueno, que no podemos estar siempre tristes y afligidos, que hay mucha crisis y la vida es una mierda para muuuuuuuuuuuuucha gente, sí, pero también hay derecho a relajarse y echarse una sonrisa de vez en cuando. Nunca he estado muy de acuerdo con eso del valle de lágrimas...
En fin, al grano con la entrada frívola: ayer uno de mis alumnos me sorprendió, en medio de un ejercicio, preguntándome cuántos puntos vale la q (¿o es qu?) en el Scrabble español. Que si valía muchos puntos porque, según él, es muy frecuente. 
Para mi vergüenza (últimamente estoy vergonzosa, sí) tuve que contestarle que hace años -no miento- que no juego al Scrabble, pero que lo averiguaría y se lo diría en la próxima clase, el martes próximo.
Como no tengo ningún Scrabble en casa, alguien de allá va a tener que echarme una mano, y por ende resolver la duda existencial de mi alumno. 
A cambio, propongo enmendarme y jugar como una loca en Navidad, cuando vaya por allí de nuevo.Con especial atención a la q, o qu. Y entreteneros con más cosillas que tengo aquí apuntadas en mi cuaderno de tapas rojas esperando desde hace días para salir al ciberespacio en forma de entrada de blog.
¡Gracias por vuestra colaboración!

lunes, 22 de octubre de 2012

No comments


Vaya joyita que nos encontramos el otro día de casualidad, uf...

miércoles, 17 de octubre de 2012

Yonqui

Junkie.
Pensaréis que voy a escribir sobre series, ja,ja, pero no. 
El otro día leí en el periódico que una conocida locutora de radio de aquí, cuando dejó de fumar, se puso a correr. Sí, típico, a hacer footing, que decimos nosotros. Ella no era nada deportista, pero se enganchó tantísimo que ahora corre maratones y todo. Contaba en su entrevista que sus días no son completos si no sale a correr y que, por muy lleno y estresante que sea su día, saca de donde sea un ratito para ello, y se siente mucho mejor, menos cansada, más fuerte física y mentalmente.
Vale, no me ha dado por correr, dudo que nunca me dé por ahí, siempre lo he odiado. En el cole era la penúltima o antepenúltima cuando había carrera, según hubiera uno o dos gorditos en clase (es cruel, pero era así), no me llegaba el aire y sudaba como un pollo a los 50 metros. Daba igual que fuera fondo o velocidad, que no,no era  lo mío. Asi que no, no me voy a poner a correr a mis 30.
Lo que me está enganchando mogollón es el yoga, y en el fondo hasta me jode un poco que se esté poniendo de moda ahora, pero eso es harina de otro costal.
A lo que voy es al grado de adicción que tengo: solo hay clase los lunes por la tarde. Hoy, que trabajo en casa por cambios de horario, llevo varias horas soñando con que ojalá hubiera clase de yoga. Sí, podría hacer los ejercicios en casa por mi cuenta, pensaréis, pero no es lo mismo. Menos aún sin la voz o las instrucciones del profe, o sin la música de sitar que nos puso el otro día, uf. A lo más que llego es a Radiohead, que vamos a verlos en concierto mañana por la noche (esto se merecería otra entrada), y a escribir para lanzar la pregunta al aire: ¿hay alguien más a quien el ocurra esto de estar enganchado a un deporte/afición? ¿Qué hacéis para superar el mono cuando no podéis practicarlo?
Mientras me contesta alguien haré como que trabajo para no pensar en que en este mismo momento me encantaría estar haciendo yoga.

lunes, 15 de octubre de 2012

Resaca

Resaca de elecciones municipales y provinciales a las que todos quieren dar un tinte de federales. En un lunes de otoño de postal, casi perfecto, las hojas ofrecen una hermosísima paleta de colores propios de esta época.
El paisaje que contemplo desde el tren en mi viaje de 80 km Gante-Lovaina no puede ser más inspirador y equilibrado. ni una nube en el cielo, bucólico, el verde de algunos prados contrasta con los ocres, pardos, amarillos, naranjas, burdeos de los árboles. Bruma suave, me siento cerca de un estado alfa, zen, en paz, como quiera llamársele.  Qué pena no poder sacar una foto decente desde el tren con el móvil y no tener la cámara a mano.
Un 15 de octubre, tengo la sensación de encontrarme justo en el epicentro de esta estación. Con la temperatura justa, ni mucho frío ni mucho calor.
Decía que lunes casi perfecto, y el casi era el hecho de haber tenido que venir a trabajar. Por otra parte, si no hubiera venido no habría vivido estas sensaciones así que, vaya, es un lunes perfecto.

viernes, 12 de octubre de 2012

De middag draait door

Por fin viernes. Por fin un viernes de trabajo en casa, nada de viajes, conferencias, congresos, coloquios. En casa.
De 12 a 1 mi programa favorito en la radio, algo así como "El mediodía pinchado por...": los oyentes envían sus sugerencias de canciones en función de referencias que la canción anterior les haya suscitado. Así, le gente usa su ialginación y su creatividad al máximo, y se les ocurren conexiones por el nombre d elos artistas, de las canciones, del álbum en el que aparece tal canción, su esposo/a, en fin, imposible contaros todas las sugerencias que a la gente se le ocurre.
Y es el único programa en que ahora ponen música de verdadera calidad, y en un mismo progrma (el de ayer) escuhas a Bob Marley, Ennio Morricone, Queens of the Stone Age, Louis Amstrong...
En el de hoy ya me he flipado y me he puesto a dar salto por la cocina lientras hacía la comida cuando he oído los primeros acordes de "Just a girl", de No Doubt. No sé si alguien recuerda esta canción (podéis ver el vídeo pinchando aquí: http://www.youtube.com/watch?v=PHzOOQfhPFg), pero era una de mis canciones favoritas con 17-18 años. Sí, el vídeo es una caca, pero la canción tiene mogollón de energía, y después de The Doors, Amy Winehouse, The Temptations, otra vez Queens of the Stone Age, en fin, que toda esa energía acumulada me ha empujado literalmente a dar botes por la cocina.
A saber cómo me habrá quedado la comida, pero al menos comparto un poco de esa energía que ahora me desborda para comenzar el fin de semana.


PD: ¡Esto es una locura, rozando el orgasmo! Justo le doy a "publicar" y van y ponen "Son of a preacher man" de Dusty Springfield, no podía dejarlo pasar y tenía que volver a "editar" para contároslo!!!!

lunes, 1 de octubre de 2012

Octubre

Día 1, lunes: no puede ser más redondo, ergo he de hacer como sea una pausa para escribir una entrada. Aunque sea caótica y rápida, intensa, condensada, como lo están siendo estas últimas semanas.
Sol, colores del otoño, ropa, comida, costumbres que son ya las de esta época del año. Allá lejos quedó el verano, y el comienzo del nuevo curso académico ya no es comienzo, es pasado.
Congresos y viajes, Gerona, el Cervantes de Bruselas. Mañana de domingo para niños bilingües, "Lo que esconde tu nombre", "Un cuento chino".
Amigos amarillos. 25S, 29S: preguntas en el trabajo, el tema de conversación inevitable en los círculos en los que me muevo.
Vuelta al yoga de los lunes noche, noches frescas, noches toledanas, Tobias que no nos deja dormir.
Y el análisis de errores dando vueltas en la mente, entremezclado con Mad Men y los corpus de aprendices, liado con Prezi y Glogster, el dilema sobre twitter (ahí sigo, dándole vueltas), fiesta en la guardería.
Reencuentros, amigas que aparecen por sorpresa de Madrid en Lovaina (y qué bueno sabe el café cuando es así, de sorpresa), blogs inspiradores a mi alrededor, poesía en los ojos de mis hijos, ssss, jjjjj. Aliteración.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Se nota, se siente

El otoño (casi) está presente. Y todos los días tengo ideas para escribir, pero cosas cortitas, no me dan las horas ni los días para más.
Echo de menos el blog. Quema un poco por dentro y quiero contar las cosas que (se) me ocurren.
¿Solución? Anteayer recibí una invitación de mi hermana para seguirla en twitter, y se me encendió la luz. Quizá sea esta mi salida, mini-micro-nano blogging.
No es el rollo facebook, que le tengo un poco de manía. (¿en serio? Nunca me había dado cuenta...)
Creo que se puede ser creativa con ello, he visto cómo otros lo son.
Cada vez ms profes de ELE lo usan como herramienta en sus clases.
Las redes sociales son el futuro.
No debería quedarme "fuera" con tan solo 30 años, no soy una yaya. Si ahora ya me quedo fuera de juego, ¿qué pasará cuando Tobias y Clara sean adolescentes?
Estoy lejos de parte de mi familia y de muchos de mis amigos, y a veces les echo mucho de menos y quiero tenerles y que me tengan más cerca.

¿Tú que harías?

jueves, 30 de agosto de 2012

Un poco ingenuo

Pero me encanta el rollo, tengo debilidad por el buenrollismo, lo admito.
http://somostheposit.com/

Todos tenemos que tener (y los tenemos) defectos. Mejor si tienen algo de bueno intrínseco, digo yo, ¿no?

miércoles, 29 de agosto de 2012

Carta para Tobias y Clara

Quizá para otros padres sea algo más normal, pero nosotros nunca hemos estado tanto tiempo separados de vosotros.
Sí, en junio fuimos un fin de semana a Frankfurt, a la boda de Elmar y Claudia, y os quedatéis con memé, pero fueron solo dos días y medio. Esta vez, ya hemos superado ese "récord".
Con todo lo que está pasando en el mundo y yo que no puedo dejar de pensar en vosotros...
Sí, estáis estupendamente en casa de oma Rita, con su jardín que tiene un estanque con ranas, con la tele grande en la que podéis ver dibujos que aquí normalmente no podéis ver, sin tener que pegaros esos madrugones para llevaros a la guardería. De vacaciones, vaya.
Vuestras vacaciones tienen una razón de ser: estamos pintando la planta de arriba. Sí, claro, vuestra habitación, por supuesto, y también el despacho y el rellano. Está todo patas arriba, de modo que no podíais estar en casa, menos aún en una semana en que vuestra nueva guardería todavía no ha abierto. Y con ese olor a pintura, buf. En fin, que no.
La verdad es que nuestros días son larguísimos y muy intensos: trabajamos todo el día y, sobre las 18 o así, cuando ha terminado la jornada laboral, empieza la de pintura y bricolaje. Hasta las 21 o las 22, acabamos hechos polvo, con pintura hasta en el esófago, cenando algo rápido y a dormir. Caemos como filetes, no os podéis iamginar lo agotadores que son estos días.
Os escribo no solo para contaros nuestros avances pintureros, sino sobre todo para deciros que os echamos de menos. Mucho. No quiero ser madre llorona que no sabe estar ni 5 minutos sin sus hijos, pero la casa está tremendamente vacía y silenciosa sin vosotros dos. Sin los llantos de Clara porque no estoy todo el tiempo pegada a ella cual lapa. Sin las canciones en dos idiomas de Tobias y su correspondiente coreografía. Sin Bumba-Mickey Mouse-Baby Einstein y Pocoyo después de cenar y antes de ir a dormir. Sin vuestras incipientes peleas por el mismo juguete. Sin las prisas y carreras de las mañanas. Sin la risa de Clara cuando le hacemos pedorretas en la tripa o su manera de decir "papáááá" alargando mucho la última vocal y con carita de niña dulce. Sin los cuentos que me invento para vosotros cuando, ¡por fin!, estáis ya en la cama o el último beso que vamos a daros siempre antes de irnos a dormir nosotros...
Sé que lo estáis pasando bien, y me siento super orgullosa  de vosotros cuando cada tarde llamamos por teléfono y Tobias nos cuenta vuestras aventuras del día. Se me encoge un poco el corazón, pero luego pienso que es por vuestro bien, que queremos daros lo mejor y así no solo os damos una habitación más bonita y alegre, sino una semana de regalo con oma.
Pero os echo tanto de menos que, en vez de estar concentrada ahora preparando mis congresos y el tema del doctorado, aquí me tenéis, escribiendo esta carta, y deseando que llegue el viernes por la tarde para volver a tener la casa llena de vosotros.
Os quiero.

domingo, 26 de agosto de 2012

En qué ando metida últimamente

En qué andamos, mejor dicho.
En pintar la habitación d elos niños, poner alógenos en el baño, un espejo en el recibidor, buscar baldosas para el patio, tirar los trastos que se nos acumulan ahí, un par de muebles nuevos . Eso, en lo que a la casa se refiere. De momento, porque tenemos proyectos a inmediato, corto, largo y eterno plazo, ya se sabe cómo va esto de la casa.
En lanzar a Clara a andar de una vez, ella solita. Y que sea capaz de estar 30segundo seguidos (quitando los ratos en que duerme) sin estar cosida a su madre, uséase, servidora.
En preparar los ¡cuatro! congresos en los que nos han aceptado la comunicación con la que lanzamos el proyecto de investigación del doctorado. Cuatro en tres meses, mucho curro.
En el curso intensivo que daré durante tres semanas a principiantes-principiantes, pobrecitos, se cagan de miedo el primer día cuando se dan cuenta de que su profesora es nativa, y hasta el cuarto-quinto día ese miedo no desaparece en algunos. En otros, les dura hasta el final del curso. Pobrets.
En decidirme de una vez a ir a pedir precio por hacerme el tatuaje que quiero hacerme por mi 30 cumpleaños. Me da a mí que va a ser demasiado caro y que, con tanto gasto en la casa y d eprincipio de curso, no voy a poder permitírmelo, no de momento, al menos...
En terminarme el libro que Pepe me regaló por mi cumple y con el que me estoy destornillando, es divertidísimo.
En terminar de ver "The Good Wife" para poder desengancharnos de ella, yonkis, que somos unos yonkis.
En decidirme por si voto o no en las elecciones municipales de Bélgica el mes de octubre...

En esas andamos.


martes, 14 de agosto de 2012

Síndrome de vuelta al cole

Aunque ya se me va pasando, casi una semana después del regreso de las vacaciones (he tardado, lo sé), todavía me pasa un poco como los primeros días, como cuando volvíamos al cole en septiembre y casi se nos había olvidado escribir. Signo inequívoco de que las vacaciones han hecho el efecto que se espera de ellas, darme el merecido descanso, físico y mental.
Se me habían casi olvidado las contraseñas de las múltiples direcciones de correo electrónico, el pin del móvil se me olvidó por completo (por primera vez en mi vida tuve que recurrir al raro puk, no sé si a alguien le habrá pasado alguna vez) y ya no digamos el esfuerzo mental de recuperar las cosas donde las dejé, qué artículos estaba leyendo, qué clases tengo que preparar o cómo rematar el libro de español médico.
Cuando haya vuelto a la normalidad del todo será signo de que hay que volver a tomarse unas vacaciones, dejar el teclado, el ordenador, las estaciones y los trenes, y volver a la piscina, la terracita, las risas con amigos, los juegos con los niños. Hora de pensar en las siguientes...

martes, 17 de julio de 2012

La universidad en verano

Finales del mes de junio.
La universidad, vacía. De la gente de aquí, que se ha ido de vacaciones o de congresos. Vacía de estudiantes, vacía la biblioteca, los pasillos, los baños.
Por las mañanas hay que encender la fotocopiadora, la impresora, poner el café, cosas que siempre "están hechas" cuando llego al despacho (en otras épocas que no sea verano, se entiende), porque ya las ha hecho la secretaria del departamento.
Así que dan ganas de irse también, de dejar este edificio vacío, de que me dé el sol y haga calor y estar también de vacaciones.
Sin embargo, el comedor está lleno, se acaban las existencias, y nos cuesta encontrar una mesa para los cuatro gatos (literalmente, lo juro), que todavía estamos hoy en el departamento. De hecho, somos cuatro porque nos hemos juntado con la chica que queda de literatura y su novio que, si no, seríamos solo dos.
Seguimos en el comedor, y me doy cuenta de la gran cantidad de idiomas y aspectos distintos que veo, españoles, latinos, gente hablando en inglés, mogollón de chinos (están en todas partes, es increíble), indios, portugueses, de todo. Como yo, son gente que trabaja en la universidad, investigadores, que vienen a pasar una temporada aquí a investigar, en su tempo de vacaciones, a aprovechar la biblioteca, los despachos, la tranquilidad, el fresco que permite trabajar incluso en la hora de la sobremesa. Y entre esa gente, amigos que no paran de repetirte que no sabes lo afortunada que eres por poder estar, vivir y trabajar aquí, que mucho peor están ellos, que ya quisieran venirse aquí y ocupar encantados tu puesto.
De repente, me doy cuenta de que eso que toda esa gente viene buscando hasta aquí, tan lejos, lo tengo yo al alcance de la mano, silencio, despacho propio, una hermosísima biblioteca,  ninguna clase que dar, todo el día por delante para dedicarlo a mi investigación, a mis cosas de empolloncilla en un medio donde lo que mola es ser empolloncillo, je,je.
Desde mediados de junio me muero por un poco de sol y por montarme en un avión camino a Madrid, pero también entonces decidí que mis vacaciones empezaban ya, aquí, disfrutando de esto que tengo y que tanto vale.
Será cosa de empollones.

martes, 10 de julio de 2012

Época de pepino

En neerlandés existe una expresión para la época (generalmente en verano) en la que parece que no ocurre nada, como que no hay muchas noticias y, referido a los medios de comunicación, significa que es época de refritos, re-emisiones de programas ya emitidos, Tour de Francia, JJ.OO y demás deportes ideados para sestear durante la sobremesa.
Puede parecer que lo mismo le ha ocurrido a mi blog. Por suerte no he recurrido a refritos ni a programas casposos, y todo tiene un porqué. He estado muy concentrada preparando un libro de español para médicos, leyendo artículos para el doctorado, pintando la planta baja de la casa, organizando un poco material para la que será mi primera comunicación en un congreso en Gerona en septiembre y, desde hace un par de días, en fuera de juego por unas anginas, otra vez.
Pero ya está, me subo al carro de mi blog hasta el jueves que viene, y luego nos tomamos un respiro de tres semanitas en Madrid y luego en Asturias: buena comida, piscinita, excursioncillas por el monte, charletas en el porche de mis abuelos, hermanos, sobrinas, amigos, terraceo, siestas, lectura y, sobre todo, tiempo para mis niños, para disfrutar de lo inmediato, sin preocupaciones, sin estreses, sin horarios, sin agobios.
Vivan el pepino y su época.

jueves, 21 de junio de 2012

Pearl Jam

Empieza el verano y con él la temporada de festivales, que por estos lares es de lo más productiva y, para mucha gente (incluido Mathias), casi una religión ;-)
Por razones obvias, los últimos tres años no he ido a ninguno (la verdad es que antes de venir a vivir a Bélgica tampoco había ido nunca a un festival) y daba por hecho que este año tampoco iría, con lo bien que me lo paso yo en casa con Tobias y Clara ;-)
Pero, ayyyyyyy, hace unos meses me enteré de que venía Pearl Jam a Rock Werchter, el que dicen es el mejor (o de los mejores) festivales de Europa. De cabeza voy, aunque sea sola, pensé. No porque haya sido fan "de siempre", ya que mi afición (roza el enamoramiento con Eddie Vedder, que sigue de cerca a mi amor platónico n°1, Ben Harper, claaaaaaaaro) empezó hace, no sé, pocos años.
Qué pasa, que me echaba para atrás el precio pero, sobre todo, la fama que tiene Werchter de estar petado de adolescentes que no van tanto por la música como por el rollito, verano, ligar, beber...Todo el respeto del mundo, lo entiendo y ojalá yo hubiera hecho lo mismo con 17 años y ojalá Tobias y Clara también lo hagan con esa edad, pero qué pereeeeeeeeeeeeeeeza más infinita dan tantos adolescents hormonados juntos cuando estás rozando la treintena. Es lo que tiene, que nos hacemos mayores.
Total, que a  Mathias -que está por delante de Eddie Vedder y hasta de Ben Harper- se le ocurrió mirar en la web de un festival que hay en Arras, al norte de Francia, super cerquita de la frontera con Bélgica y que, desde hace años, tiene casi el mismo cartel que Werchter pero "para mayores", en la misma ciudad, todo muy coqueto, muy francés y bastante más barato: http://www.mainsquarefestival.fr/
Pues eso, dejaremos a los niños con mi suegra y allá que nos vamos, no hemos convencido a ningún amigo para que se venga, así que nos vamos nosotros dos solitos, ea, el sábado que viene. Diosssssssssssss, qué ganas tengo, de música, de que se me ponga la piel de gallina, ¡¡¡de ver a Pearl Jam!!!, de dejarme atrapar por sensaciones y olvidarme de trabajo y doctorado y agobios, de beber cerveza y saltar y cantar canciones que no me sé pero de las que me invento la letra igual en un inglés de Albacete...
Una penilla que no sea para niños, pero una vez al año no hace daño. Y, además, es mi regalo de (30) cumpleaños.
Así que, si esta semana estoy desaparecida de la red, será porque me estoy metiendo un atracón de vídeos y youtube y canciones y letras de Pearl Jam que no veas. A Mathias se le van a quitar hasta las ganas, ¡pero es que estoy tan emocionada!

jueves, 7 de junio de 2012

About crockets

Con la que está cayendo (literal aquí en Bélgica, figurada pero obvia en España) entretenerse leyendo dónde se hacen las mejores croquetas de España puede parecer un esnobismo, pero me da un poco igual.
El artículo es de El País, ojalá pudiera darme yo el gustazo de que alguien me pagara por escribir algo así (previa cata del producto, claro). Os lo dejo aquí, por si alguien puede acercarse a alguno de estos sitios a tomarse una (o media docena) a mi salud: http://elviajero.elpais.com/articulo/viajero/templos/croqueta/elppor/20120607elpepuvia_1/Tes
Según escribo creo que esta va a ser la respuesta que dé cuando, a partir de ahora, me pregunten qué echo más de menos de España: las croquetas.

miércoles, 6 de junio de 2012

Chabacano y otras cosas que he aprendido hoy

Con la llegada del verano (en teoría) llega también el final de curso y los exámenes y las correcciones. 
Los alumnos de primero de filología tienen que buscar en internet -youtube, periódicos, canciones- fenómenos lingüísticos concretos ( de pronunciación, variación social, regional y termporal de la lengua, sintaxis, morfología) para después reunirlos todos en un portafolio, analizarlos y entregármelos vía electrónica para que yo los corrija, también vía electrónica, antes de su examen. Todo muy de nuestro tiempo. El caso es que a veces doy con cosas curiosas, y algo (aunque no sea de mucho valor científico o académico, si no sería el mundo al revés, que soy yo la que tiene que corregirles a ellos) aprendo todos los días.
Por ejemplo, que en México les llaman chabacanos a los albaricoques, que los Gipsy Kings (atención a esto, Mathias) no son españoles, sino franceses, hijos de emigrados españoles durante la Guerra Civil o que a Sergio Ramos se le cayó la Copa del rey el año pasado mientras iban en el autobús ese que les pasea como si fueran emperadores romanos camino a la plaza de Cibeles de Madrid. Ja,ja,ja, no he podido reírme más viendo este vídeo (por supuesto, había enlace al vídeo, es lo bueno de que sea todo digital; si todavía no habéis perdido suficiente tiempo leyendo este post, podéis verlo pinchando aquí)
Todo por cortesía de los estudiantes de primero, para que luego digan de la juventud de hoy día bla,bla,bla. Hala, a aprender.

lunes, 21 de mayo de 2012

La mano que mece la cuna

Mis manos no mecen tu cuna, porque no es como esas antiguas que se mueven, que se mecen. Sin embargo, mis manos te sacan de la cuna por la mañana, te cambian el pañal, te visten, te peinan, te perfuman y te quitan las legañas. Mis manos preparan tu leche, y te dan el biberón mientras secan las lágrimas derramadas mientras llorabas de hambre y de impaciencia (¡toda una noche sin comer, cómo voy a tener paciencia, y cómo puedes saber tú que tengo hambre si no lloro!)
Con mis manos hago tu comida, te acaricio, te mido la temperatura si tienes fiebre, te baño y te corto las uñas, te ayudo a zafarte de Tobias que, en su entusiasmo por jugar contigo, no se da cuenta de que te hace daño.
Mis manos mueven los muñecos que tanto te hacen reír, os ponen los dibujos que tanto os entusiasman antes de ir a dormir, pasan las páginas de los libros que te gusta ver y tocar. Uso mis manos para sostenerte ahora que quieres ponerte de pie y ver el mundo desde otra perspectiva, para arroparte cuando te destapas por la noche, para hacerte cosquillitas en la nuca y en la espalda cuando te echas, cansada, sobre mi regazo, para cepillarte esos dos dientecillos de ratona que te han salido.
Mis manos son el juguete que te metes en la boca para mordisquear cuando no quedan otros cerca , las que empujan el carrito cuando vamos a la calle o te dan un trozo de pan recientito de la panadería.
Sí, pequeña Clara, fueron mis manos las primeras que tocaron tu cabecita cuando apenas asomabas al mundo (la ginecóloga, muy energética ella que, en su entusiasmo, me cogió la mano y me obligó, "¡Toque, toque, que ya está aquí, tanto pelo!" Literal), las mismas que ahora teclean y se emocionan al recordar lo maravilloso que es el mundo desde que tú existes.

Por tu primer cumpleaños, te regalo mis manos, las mismas que han hecho todo esto en tan solo un año, las mismas que antes ya lo hacían por tu hermano, las mismas que seguirán haciendo todo esto (y muuuuuucho más) por ti el resto de tu vida.
Espero que te guste mi regalo, Clara, mi muñeca de ojos grandes.

Clara, 10/6/2011

Otra fecha señalada

Hoy, 21 de mayo, se cumple un año de la mudanza a nuestra casita. Hacía un día precioso, mucho más caluroso y soleado que hoy. 
Mucha gente se muda todos los días en todas partes del planeta, y no creo que toda la gente que lo hace lo marque en el calendario como yo, como un día señalado. Pero es que para mí supuso el fin de una etapa y el comienzo de otra, a pocos días del nacimiento de Clara (hice la mudanza embarazadísima, y con una energía para vaciar cajas y poner todo en su sitio de la que todavía hoy me maravillo, de verdad que no sé ni cómo fui capaz) y después de meses de mucho trabajo invertido en la casa.
Hoy la casa es mi hogar, nuestro hogar, y se ha convertido en mi nuevo hobby. De verdad, a medida que Clara y Tobias pasan más ratitos entretenidos jugando juntos, nosotros podemos centrarnos en nuestros arreglos, chapuzas y trabajillos caseros. 
Ahora me ha dado por las plantas: un semillero en el tejado, flores en el alféizar de la ventana que da a la calle, una parra plantada en la fachada. Y seguirá, seguro, porque aún me queda todo el patio (yupiii).
Lo bueno de este hobby es que me va a dar para muchos años. Porque cuando termine con las plantas me estará esperando la pintura, las luces de nuestra habitación y del baño, la habitación de los niños, puertas nuevas, el patio, el sótano, una cocina decente. Una carrera de fondo, vamos.
Otra ventaja: con la que está cayendo ahí fuera, trabajar en la casa es como una especia de refugio, de asegurarse que, pase lo que pase, será nuestra, de Mathias y Tobias y Clara y mía. A veces leo en reportajes o entrevistas a escritores y artistas que la casa de fulanito o menganita era como un centro de encuentro, de reunión y juegos e inspiración, en la que sus anfitriones eran hospitalarios y generosos. Pues bien, ese es mi sueño con nuestra casita, ambicioso, lo sé. Que las puertas estén siempre abiertas para todo aquel que quiera, para nuestros amigos y familia y amigos de nuestros hijos, organizar tardes de juegos, cenas, desayunos, cafeses, fiestas, cervezas, copichuelas.
Como para cualquiera de mis hobbys (escribir, leer, nadar, bailar, recientemente el yoga, ver pelis y series) hay que sacar tiempo de donde no lo hay pero, al final, se saca. Y el resultado será, nada más y nada menos, un hogar, ahí es nada.

domingo, 20 de mayo de 2012

Domingo, domingo

De madre e hijos, con el clásico paseo por el parque (patos, patos, patos) y a por el pan. Tobias y Clara no aguantan y se zampan medio antes de llegar a casa.
Juegos mientras se hace la comida: arroz a la cubana, no han rebañado el plato porque aún no saben, que si no...
Siesta, cada uno en su cuna, mamá en el sofá.
Siguen durmiendo, mientras yo hojeo un poco el periódico, juego a ser escritorcilla y preparo café. Silencio, qué gusto.
Sal solito, caliéntame un poquito, y mi domingo será perfecto.

lunes, 14 de mayo de 2012

Caleidoscopio

La realidad con demasiadas perspectivas. Abrumadora.
Una no sabe dónde mirar primero.
Los días se quedan cortos, el cansancio aprieta.
El verde de la primavera. el 15M. Amigos poetas.
Fechas límite.
Noticias, fotos, blogs. Y el trabajo.
Aspirar a tener criterio propio.

Menos mal que miro la pared y veo las fotos de Tobias y Clara insertas en el primer regalo que he recibido nunca por el día de la madre, y me doy cuenta de que nunca llegaré a todo eso. Al mismo tiempo, con ellos, ya lo soy todo.


lunes, 30 de abril de 2012

Puente (raro)

Esta mañana he oído en la radio el mensaje que había enviado uno de los oyentes en el que decía que qué gusto de puente, que tendría que haber más a menudo, uno cada semana,a ser posible. Ya, vaya un lumbreras, eso lo pensamos todos. Pero no lo decía porque el tipo estuviera de puente, sino porque iba camino al trabajo y daba gusto lo tranquila que estaba la carretera, que no había tráfico y todo funcionaba perfectamente, sin complicaciones, todo lo contrario que un lunes normal.
Joé, he pensado yo en ese momento, pues yo me cambiaría ahora mismo por cualquiera que no tuviera que ir a trabajar. 
Pero he cambiado de opinión según pasaba la mañana y podía comprobar que no tenía que correr para coger sitio en el tren, ¡que hasta sobraban asientos!, que la gente iba como mucho más relajada, que había menos tráfico y casi nadie en la facultad, que hay más silencio y, de verdad, se trabaja mejor.
Sé que es rizar el rizo, pero hasta ha salido el sol (y dicen que sólo por unas horas, que esta tarde vuelve a llover, este año la primavera no llega), y tengo mucha energía para trabajar y resolver miles de pequeñas cosas que nunca puedo terminar, porque otros están de puente y, como casi no hay emails ni llamadas ni citas ni reuniones, se puede trabajar de verdad. Hoy, disfruto trabajando.
Le doy una vuelta más al asunto-rizo, y me doy cuenta de que de verdad vivimos de manera demasiado atropellada, siempre deprisa, siempre tratando de ser eficientes y productivos y llegar a todo, de la agresividad a la que conduce este ritmo de vida (lo vemos en el tráfico, en el tren, en la manera de andar de la gente...). Es algo que me preocupa últimamente bastante, y este mismo fin de semana hemos jugado Mathias y yo a qué haríamos si no tuviéramos que vivir así. Y la respuesta es, en resumen, que viviríamos de verdad, nos cuidaríamos el uno al otro, cuidaríamos de los niños, viajaríamos, compraríamos y leeríamos más libros, haríamos más deporte, visitaríamos exposiciones, iríamos al teatro y al cine, enseñaríamos todo lo que sabemos a nuestros hijos, jugaríamos más, nos dedicaríamos a nuestras respectivas aficiones, pasaríamos más tiempo con amigos o temporadas largas en otros países, con gente nueva, ayudaríamos a otros que lo necesitan, la lista es casi interminable.
¿Qué harías si no tuvieras que vivir como vivimos ahora, a qué dedicarías tu tiempo, tu vida?

martes, 17 de abril de 2012

Annus horribilis

Para la monarquía española. Por fin. A ver si poco a poco la gente se va atreviendo a decir lo que para mí , para mucha gente, es evidente.
Ojalá les dieran más caña, es indignante, vergonzoso e inmoral que Juancarlitos se vaya de caza a Botsuana como quien va a remar al Retiro un domingo por la tarde, a costa de 40.000 euritos de nada pagados por los españolitos con sus impuestos, en un momento en que a muchos no les queda ni para el café.
Por no entrar al tema de los urdangarines, froilanes y marichalares, que todos sabemos lo mal que lo están pasando ahora que se han destapado sus trapicheos, pobrecitos.
Por una parte, me alegro de que haya salido a la luz, aunque sea a costa de cadera rota ( y la de viajes que le habremos pagado, a Botsuana y Dios sabe dónde, con quién, a hacer qué y costando cuánto, y nosotros sin saberlo) y de la imagen que proyecta ahora mismo en el exterior.
Pensándolo bien, no hay mal que por bien no venga, quizá esa misma mala prensa sirva para que a la gente se le caiga de una vez la venda y haya una profunda revisión de la necesidad de mantener una monarquía en España.
Y, aunque lo dudo, ojalá sea así.

De aniversario

4 años cumple hoy el blog. Con muchos lavados de cara, como le gusta decir a Elvira. Con un matrimonio, dos hijos, una casa, medio doctorado, otro que parece que quiere empezar, casi 30 años que voy a cumplir.
Para mí es un día importante, me vienen 4 años a la cabeza, lo bueno, lo malo, lo escrito, lo no escrito, lo pensado, lo sentido, lo soñado,lo trabajado, lo viajado y leído y comido y cambiado.
Cuánto hemos cambiado. O no, la esencia está ahí, pero voy cincenlándola casi sin darme cuenta.
Nunca pensé que me duraría tanto, mi cuaderno de colores. Y, sin embargo, aquí estamos.
Hoy lo uso para mirar hacia atrás, de dónde vengo. Otro día me servirá para mirar hacia delante, a dónde voy.

jueves, 12 de abril de 2012

Refranes

No estoy muy segura de que el refranero español sirva para Bélgica, pero hoy desde luego viene al pelo.
En abril, aguas mil.
Y más.
Qué manera de llover.
Día casero, casero. De moño, chándal (muy español), juegos y canciones con los niños, algo de lectura (mientras se echan su siesta, hoy larguísima, parece que no quieren levantarse, total, si no vamos a poder salir ni al parque, pensarán los pobreticos míos) y blog.
Segunda parte de las vacaciones: metiditos en casa.

viernes, 23 de marzo de 2012

Cuadernos

Una de las costumbres heredadas de casa de mis padres - y que ellos mismos han dejado un poco, qué pena- es la de comparar el periódico el domingo, con todos los suplementos posibles, y hojearlo sentada tranquilamente a la mesa picando algo, mientras termina de hacerse la comida. Paella o cocido a ser posible. Ayyyy...
A lo que iba: siguiendo esa sana costumbre, di con un artículo escrito por una presentadora de radio que hablaba de la pasión que tiene por los cuadernos. Cómo los tiene de todos los tamñas, formatos, colores, materiales, y cómo los hechos en dos tiendas concretas (una en Lisboa y otra no me acuerdo dónde) son especialmente hermosos, y cada vez que va a esas ciudades visita las susodichas tiendas y se hace con un cargamento para llevarse a casa.
Hasta ahí mi identificación plena. Los que me conocéis bien sabéis que he estado comprando y me habéis regalado cuadernos de todo tipo desde que tenía 15 años (es decir, la mitad de mi vida, que los 30 están ahí mismo), y se acumulan en mi casa, en cajas, en armarios, en el despacho, en el sótano, en más cajas.
Lo que me sorprendió enormemente era que esta mujer los compraba pero no los escribía. Decía que estaba esperando la ocasión perfecta, la novela que no acaba de arrancar, el relato que lleva años dándole vueltas en la cabeza, pero que nunca le parecían lo suficientelmente buenos como para estropear uno de sus maravillosos cuadernos escribiéndolo.
Curioso, porque es justo lo contrario que me pasa a mí, que no paro de garabatearlos, y lo que escribo no vale nada, y hasta escribo varios a la vez (uno para Tobias, otro para Clara, uno mío, otro con proyectos-ideas del trabajo, este blog, al que cambio de aspecto de vez en cuando para tener la impresión de que es un cuaderno nuevo, otro que hace años que no toco y ya ni sé dónde está, con poemas), y no me imagino guardarme dentro toda esa hojarasca, no podría, es como si me quemara, tiene que salir, convertirse en letra, en palabra escrita. Aunque sea una mierda.

En fin, lo que vengo a decir es lo curiosos que son, los cuadernos, que parece que tienen vida propia, que ocupan la casa de una, los cajones, los armarios hasta llegar a extermos de escritores que se mueren y sus herederos o los investigadores descubren montones de ellos repletos de un material increíble (no era escritor, pero Kurt Cobain hacía lo mismo, leí un reportaje sobre ello hace como dos o tres años, y no sé por qué se me ha quedado como muy grabado, tenía montones de cuadernos llenitos con no sólo letras de canciones, también dibujos, proyectos, ideas, pajas mentales varias como las que tenemos todos, etc).
Y cómo esta mujer los guarda como oro en paño, esperando que llegue la escritura perfecta para atreverse a dar el paso y mancillarlos, mientras que yo soy despiadada y cruel con ellos llenándolos día sí día también, con mis chorradas imperfectas e inacabadas.

Día redondo

Hoy, en el día de tu 2° cumpleaños, hace un sol radiante, un tiempo precioso, parece que hecho a propósito para que el domingo podamos celebrarlo al aire libre, con globos y tarta y cumpleaños feliz en dos idiomas (como el año pasado).
Cómo has cambiado en un año, madre mía. Y cuánto ha cambiado todo a tu alrededor, a nuestro alrededor. Para empezar, existe Clara, la muñeca morena de ojos grandes, como me gusta llamarla. No sólo existe, sino que tiene ya casi 10 meses, buf, otra que no para de crecer y de cambiar. Y cómo la quieres. Es un regalo ver cómo os comunicáis a vuestra manera, ella sentada en su parque floja de risa miránodte, y tú sentado en la trona haciéndole bobadas para que se ría, y cuanto más se ríe ella más lo haces tú, y así podéis pasaros un buen rato, enredados en esa espiral de risas. Clara empieza a palmotear y a gritar como loca cuando ve que bajas de tu habitación por las mañanas, o cuando te acercas a ella para darle besos o un juguete que se le ha caído. ¡Pero si hasta véis juntos los dibujos, los dos monísimos, repeinados después del baño, sentados en el sofá!
Fíjate todo lo que te cuento, todo lo que has cambiado desde tu último cumpleaños. Ya no sólo andas, y corres, y comes totalmente solo, y te sabes canciones, y has viajado solo con tu papá a Italia, y has probado un helado, y bajas las escaleras solito, y sabes contar en los dos idiomas!, y hablas una mezcla graciocísima de neerlandés-español-Tobisiano, sino que, además, eres ya y te comportas como un hermano mayor.
Los autobuses, Mickey Mouse, los patos del estanque del parque cerquita de casa, tu bici (y, espera, ya verás qué sorpresa te tenemos preparada, una bici de verdad, de niño mayor, como esas a las que te quedas mirando embobado cuando vamos al parque) son, además de Clara, tus héroes. Sí, digo héroes sabiendo que son objetos, animales y dibujos animados, pero es que sin ellos no podrías vivir. Sin papá y sin mamá, bueno, quizá, pero un mundo sin autobuses????

Y en seis, meses, al cole. Que ya lo dices, cole, cole, aunque no estoy muy segura de que sepas qué significa, pero ya tendrás tiempo (aaaaaaaaaaaaaños y años de tu vida) para saber qué significa. Pero esa es otra historia, hijo, no vayamos tan deprisa, bastante rápido crecéis ya.
Y nosotros lo mucho que lo estamos disfrutando, vaya que sí. Más intentsamente si cabe este fin de semana. Hoy, para mí, es un día redondo, intensísimo.Tengo lágrimas en los ojos casi desde que me he levantado. Lleno de recuerdos, del mismo día en que naciste, lo largo, duro y doloroso que fue el parto, las horas posteriores, lo pequeñito y distinto que eras a como eres hoy, tu olor a jamón de York (lo siento, pero es así; un olor a vida, a carne, un poco a animal, no lo olvidaré nunca), el mundo tan nuevo y desconocido que se me abría con un bebé en brazos, los miedos, los interrogantes, el milagro de ser madre y de que la vida, a partir de ese momento, ya no sería nunca la misma. Sería, es, mejor, infinitamente mejor.

Es un día redondo porque celebramos los dos años que hemos pasado a tu lado, la personita en que te has convertido, con tu carácter, tus miedos (al agua, a caerte, al motor de algunos coches o motos), tu risa sonora y contagiosa, tus propios gustos, tu horario. Celebro también, yo sola y sn que nadie lo sepa, el cajón de recuerdos que guardo aquí dentro, desde mi embarazo hasta esta misma mañana, y los saco uno a uno, o varios a la vez, los miro, los saboreo, me regodeo en ellos.
He empezado a escribirte esta entrada como el año pasado, con la mente puesta en que es mi particular regalo para ti, especial, inmaterial, que quizá te guste desempaquetar y leer dentro de unos años, que qué bonito si consigo hacer de ello una tradición. Pero me doy cuenta de que el regalo eres tú y, aunque suene a tópico, las palabras se quedan cortas para decirte hoy lo infinitamente mucho que te quiero.

Gracias, Tobias, por regalarnos este día tan redondo, por estar aquí, por ser tú y ser ya como eres, por hacerme sentir tan orgullosa de ser tu madre. Por completarme.



PD: Y, por si fuera poco, día más redondo aún: esta es la entrada n° 250 de este blog ;-)

martes, 13 de marzo de 2012

¿Son los blogs algo de mujeres?

¿O soy yo que, casualmente (o no, mmmm...) sólo doy con blogs de mujeres? Miento, alguno escrito por un hombre también leo, pero es una inmensa y aplastante mayoría de mujeres la que escribe.
Se me ocurren varias teorías para explicar este fenómeno, pero me gustaría saber qué pensáis vosotros antes de dar mi opinión-veredicto.
Hala, a pensar y a escribir, ya seas mujer u hombre.
Por cierto que, para confirmar mi teoría, yo soy mujer, tengo un blog, y la mayoría de los que me leéis sois mujeres.
Vale.

Marcha blanca

Lo he oído esta mañana en la radio, en las noticias, y se me ha quedado dando vueltas, enganchado. Me parece una combinación preciosa, la elección del adjetivo, fascinante.
Se trata de una marcha que se ha convocado para este próximo domingo, una marcha pacífica por Bruselas en señal de repulsa por el atentado cometido anoche por un musulmán sunita contra una mezquita chiíta en esa ciudad.
La noticia en sí es horrorosa, sobre todo porque ha muerto el imán de la mezquita.
Pero lo de la MARCHA BLANCA, ya os digo, no sé por qué, se me ha quedado rondando en la cabeza, y tenía que salir.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Boquiabierta

Falta de ideas los últimos días para escribir una entrada nueva en el blog (y superadísima por la avalancha de mala suerte que tenemos esta semana, por no decir este año, ya os contaré cuando tenga tiempo y lo vea todo con un poco de perspectiva) abro el periódico y me doy de bruces con que existe un "Instituto Coca Cola de la Felicidad". Alucino.
Quizá debería hacerme una cuenta de twitter, para entradas ultrarrápidas como ésta.
Pero qué fuerte.

martes, 28 de febrero de 2012

Atrapados en el gris

Ayer sentía una pena casi infinita, en la boca del estómago. Un sentimiento físico, un agujero que me acompañó todo el día, en cada momento. Desde que estaba vistiendo a Clara y dándole su primer biberón, esperando al tren, leyendo el periódico de camino al trabajo, delante de la pantalla del ordenador, mientras comía con una compañera, de vuelta a casa en otro tren, cuando fui a recoger a Clara a la guardería, dándole su baño por la noche en casa, mientras hablaba por teléfono con mis padres y mis hermanos, mientras hablaba por Skype con Mathias y Tobias, que están en Florencia, mientras me preparaba la cena y, finalmente, tumbada en el sofá, viendo una película.
Todo el día pensé que era porque echo de menos a mis chicos, por la soledad del domingo por la tarde sin ellos, que aún me pesaba, por el síndrome del lunes por la mañana,por el eco de sus voces a través del móvil y del ordenador, por el peso de dormir sola en una cama tan grande, fría, por querer luchar contra todos esos sentimientos por Clarita, que se merece a la mejor Lydia cuando está conmigo.
Pero no. Hoy me he levantado con la misma pena casi infinita, en la boca del estómago. Un sentimiento físico que me está acompañando también hoy todo el día, hasta ahora.
La diferencia con ayer, es que ya sé de qué se trata: el cielo. Plomizo, bajo, tristérrimo, me está afectando como hacía años que no lo hacía. Y yo que creía que ya me había acostumbrado, me doy de bruces con la realidad de que no.
Sueño despierta con el sol del que me habla Mathias, con un paseo agradable camino a la guardería o a mis clases, y no este correr con las manos metidas en los bolsillos y el cuello del abrigo subido hasta arriba, aterida de frío. Sueño con un café en una terracita, con un rato en el parque con mis hijos, con el brillo y el color tan diferente que tienen las casas, la gente, los tejados, los parques, los árboles, las horas, los minutos, la ropa, cuando hay sol.

No es pedir tanto.

Este gris lo envuelve todo, y nos atrapa, y cualquier pequeño acontecimiento, una noticia leída en el periódico, una canción oída en la radio, una llamada de Mathias desde Italia, la voz de Tobias a través del ordena, los aprecio a través del prisma de ese color. Maldito.
Sé que de sol no se vive, pero hoy daría cualquier cosa por estar en cualquier otro sitio donde lo hubiera.

viernes, 24 de febrero de 2012

Palabras para Elvira

Más vale tarde que nunca, Elvira, cielo. Y hoy, tras una semana de nubarrones de virus, bacterias y demás, por fin un sol que parece que quiere anunciar la primavera.
Y tu 'tiny poem'.

jueves, 23 de febrero de 2012

Ahogaíta

El domingo llegó la gripe a Engelstraat 77 y vino como el caballo de Atila, que por donde está pasando no va a volver a crecer la hierba. primero Tobias, luego yo, Clara, Tobias otra vez, Clara hoy. Dos visitas al médico, otra más mañana por la mañana, una caja de aspirinas, dos botes de jarabe, gotas para la nariz, antibióticos, kilos y kilos ( y no exagero) de pañuelos de papel. Esto es agotador, así que perdonad si no he respondido a vuestros comentarios o no he escrito nada interesante, pero hoy es el primer día de esta semana que puedo mirarme al espejo, y no exagero.
Por supuesto, a un lado el trabajo, los planes pendientes, un concierto al que quería ir mañana, encontrarle gusto a los alimentos, dormir una sola noche sin pensar si alguno de los dos peques subirá de 39, poder respirar por la nariz.
A ver si la primavera nos trae aires más saludables.

miércoles, 8 de febrero de 2012

En vivo y en directo

Sin twitter, os escribo mientras hago. Siguiendo la moda del microblogging, en versión original, es decir, en un blog-blog.
Ola de frío, por décimo día consecutivo. Para no quedarme dormida delante del ordena he buscado música que me haga sentir muchas cosas. Ben Harper, back to the roots. Puedo escucharlo online.http://www.benharper.com/sites/all/themes/bh/player.php?song_nid=72153&album_nid=72144 Cascos puestos, para no perder la concentración, no molestar a mi compañera de despacho ni oír a los obreros que están trabajando fuera. Piel de gallina. Vuelvo a hace unos años,cuando aún vivía en Madrid, al baile en nuestra noche de bodas (Amen, Omen), a noches de primavera, a un concierto en Bruselas en 2007. Los que me conocen saben que estoy un poco (muy) enamorada de Ben Harper.Ay.
¿Qué tengo ahora mismo entre manos? No puedo airearlo mucho, no vaya a ser que al final no se publique. Shssss, secreto.
Pausa para leer el periódico y echarme las manos a la cabeza, una vez más, con lo que le está pasando a mi pobre España. Hoy me toca de cerca, han cambiado el temario a los opositores, y entre ellos está mi hermano.http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/02/08/actualidad/1328699513_883318.html
Curiosamente, el chico que ha escrito este artículo iba a mi colegio, y su hermano estaba en mi clase. El mundo es un pañuelo y todos estamos interconectados de un modo u otro, incluso sin el caralibro. Je,je. Hablando de lo cual, he comido con algunos compañeros hoy, entre ellos un doctorando mexicano que tampoco tiene y que me ha asegurado que conoce a bastante gente que, conscientemente, ha elegido no tener. Esto me llega en un momento de debilidad en el que me estaba planteando abrirme un perfil, por aquello de no quedarme en la prehistoria tecnológica con menos de 30 años, pero vuelven a entrarme las dudas. Tema para otra entrada, otro día.

Semana de vacaciones para los estudiantes, previa al comienzo del segundo cuatrimestre, post-exámenes, en la facultad sólo estamos los curritos y los profes que de verdad son unos apasionados por su trabajo. Qué sensación más rara, qué vacío todo, pero qué ambiente más de trabajo, al mismo tiempo.
Y ya, a trabajar, que esto es la pescadilla que se muerde la cola, escribir mientras hago, hay que parar en algún momento. Vuelvo a mi publicación secreta ;-) Con ojeras hasta los pies, Clara nos ha dado una noche terrible, hemos dormido, máximo, cuatro horas seguidas, lo nunca visto con ella. Creo que de ahí viene esta diarrea verbal.
Hala.

martes, 31 de enero de 2012

¿No querías caldo?

Pues toma dos tazas. No sólo no conseguimos que los niños se recuperen de tres semanas (tres semanas!) de mocos, tos, fiebre, resfriado, noches maldurmiendo y malestar generalizado, sino que, además, ahora me lo han pegado a mí (la semana pasada fue a Mathias a quien le tocó). Y, claro, como no hay dos sin tres y la ley de Murphy siempre triunfa, encima viene la ola de frío esta que nos está dejando a todos K.O.
Joder, como si de una metáfora de la crisis que azota a media (qué digo, a casi toda) Europa y EEUU.
Si es que tengo alma de poeta, yo, que hasta en esto veo metáforas. Achissssssss.

viernes, 27 de enero de 2012

Palabras para Rebeca





Rebeca, chata, vas a tener que apañártelas con esto ;-)

Yonkis

Ayer leí en el periódico que, con todo esto del cierre de Megaupload, seriesyonkis empezaba a verse "amenazada" legalmente. Nunca había pensado en el nombre de la web, pero de repente me di cuenta de que nosotros (Mathias y yo) somos unos auténticos yonkis de las series. La última que nos ha enganchado, Treme. Aquí podéis ver el trailer: http://www.youtube.com/watch?v=2jnSzAI3gCQ
Trata sobre el New Orleands de después de Katrina, la escena musical de fondo, la reconstrucción de la ciudad, en fin, no os cuento más.
Empezamos a verla el domingo pasado y, literalmente, nos hemos hecho adictos. Todas las noches, después de cenar, con los niños ya durmiendo, no hemos hecho otra cosa que ver la serie. Domingo, lune,s martes, miércoles, jueves. ¿Qué quieres hacer esta noche?, me preguntaba ayer Mathias. Ja,ja,ja, como si hubiera otra opción. Se acabó el leer (menos mal que aún tengo el tren o el momento justo antes de dormir, en la cama, con la luz de la mesita de noche), buscar pelis buenas que descargar y ver (menos aún con todo esto del pánico post-cierre de Megaupload, qué locura, están cerrando un montón de páginas), salir a tomar algo, ver las noticias, un documental y, mucho menos, trabajar en cosas atrasadas. Vale, es cierto que Mathias ha estado enfermo, que hace mucho frío, que con los peques es difícil salir a tomar algo entre semana. Excusas, excusas para justificarnos y plantarnos en el sofá con una cerve en la mano a ver Treme. Y, después de cada capítulo, el inevitable dilema: ¿otro?

¿A alguien más le pasa esto, o somos sólo nosotros? ¿Habrá vida después de Treme?

miércoles, 18 de enero de 2012

Se me ha encogido el corazón

Llevo desde el viernes pasado dándole vueltas a la nueva entrada del blog. Iba a ser chispeante y crítica;así, como muy rápida, con sentido del humor un poco mordaz. Tema: los chinos que se volvieron locos esperando el nuevo IPhone de Apple y la chorradez generalizada y contagiosa que lleva a los medios de comunicación (de aquí y de allí, no os creáis, pero seguro que es que lo habían copiado directamente de alguna agencia o medio angloparlante, sin pensar demasiado antes de hacerlo, qué inculticia, por Dios) a decir que los susodichos cinos locos son FANS de Apple. Te cagas. Y yo que me iba a explayar y quedarme más a gusto que un arbusto con lo de ser FAN de una marca de ordenadores, dándole de paso un poco de caña al capitalismo y al concepto "modernete" europeo y "locura total" chino.
Iba a hacerlo, pero antes he abierto El País para leer un poco alguna noticia que me sacara de mi ensimismamiento, y ya no puedo escribir esa entrada. Fuck it.
Porque he dado con una realidad mucho mucho mucho más dura, y se me ha encogido el corazón, y se me ha quedado encogido y anudado para lo que queda de día: Decenas de miles de cadáveres invisibles, así se llama la noticia que no lo es tanto, porque es un tema que nos llega a menudo, pero no nos (me) acaba de tocar. Hasta hoy.
A la mierda mi banalidad y superficialidad, qué asco de mundo, que diría Mafalda.

jueves, 12 de enero de 2012

Limbo

Cuando estoy aquí, quiero estar allí y, cuando estoy allí, quiero estar aquí. Aquí soy la española, y allí dicen que me he contagiado de algunas cosas belgas.
Allí me pregunto por qué casi nadie recicla y añoro nuestro rollo vegetariano y el no tener tele. Pero llego aquí y los días se me hacen demasiado cortos, me anochece demasiado pronto y las tardes se me hacen muy largas muchas veces.
Allí echo de menos el que la gente no hable a voces en un bar o un restaurante o que a una la dejen ir a su aire, sin preguntar demasiado, para, al llegar aquí sorprenderme a mí misma añorando el bullicio, el ruido, el jaleo, la casa de mis padres llena de gente, la costumbre de no dejarle a una sola, no vaya a ser que se aburra o necesite la soledad.
Allí me falta la bici, mi emisora de radio, mi propia manera de cocinar, con toques de aquí y allá, mi cama, que no te den bolsa en el supermercado, la cerveza, el aire un poco menos reseco, el verde; aquí, el jamón, las croquetas, la cañita de mediodía o de antes de cenar, la siesta, los paseos hasta más tarde con los niños, el sol, por Dios, el sol. Y la comida de mi madre.

Allí a mis amigos de aquí; aquí, rabiosamente a veces, a mi familia, a mis amigos de allí.

Releo y este limbo me parece limbo de tópicos, pero es como lo siento. Y veo difícil que algún día deje de estar bailando en él, me temo que va unido a mi espíritu inquieto, siempre queriendo lo que no tengo, que me ha llevado a estar aquí ahora, pero quién sabe dónde me llevará (y conmigo a Mathias, Tobias, Clara) mañana.

Sé que no soy la única, a muchas amigas de aquí les sucede algo parecido, lo sé. Y, sin embargo, lo vivo como único, mío, sin darme cuenta de que está lleno de lugares comunes.
La nostalgia, supongo, es como el amor, tan igual a todas las personas, y tan distinto al mismo tiempo, tan único que me da la sensación de que nadie más en el mundo siente o piensa como una.

Por suerte, me quedará "allí".

lunes, 9 de enero de 2012

Juego




La semana pasada hicimos una especie de amigo invisible sui generis en casa de Vicky, en lo que va a acabar por ser una tradición navideña más en mi grupo de amigos. Buscando regalo dimos Mathias y yo con una cosa muy chula que nos hemos autoregalado por Reyes: es el "Poetry kit", es decir, una cajita con 200 imanes chiquititos, cad auno de los cuales es una palabra distinta. En inglés.
Mathias nunca ha sido muy fan de los imanes (ni del queso cabrales), pero fue él quien tuvo la idea. Yo, qué sí soy fan de los imanes de nevera, acepté en seguida.
Total, que lo primero que sacó de la maleta fue la cajita con las palabras, y ya están las 200 en la nevera. Literalmente. Ver fotos.
Se trata, entonces, de ser un poco artístico de una manera lúdica y espontánea, y ya nos han surgido dos frases/versos: "she did approach him/it was electric" y "more joy in being absurd".
He aquí el juego: si alguien quiere contribuir a crear poesía para poner en nuestro frigorífico, que lo haga a través de este blog. Tiene que ser en inglés (sorry) y ya me encagaré yo de poner los imanes juntos y hacer una foto que enviaré a su dueño ;-)
Si elegís palabras que no están en nuestro kit, no pasa nada, yo os lo digo y seguimos jugando hasta que demos con un verso/frase/poema/micro relato que sí los tenga.

¿Quién empieza?

PD: Para los que no lo sepáis, nuestro frigorífico se ve desde la calle, de modo que vuestro arte lo apreciarán los peatones que pasan por nuestra acera y que, a menudo, se quedan mirando lo que estamos haciendo en casa en ese momento. ¡Vuestra poesía va a llegar a mucha gente!

Equipación para corregir exámenes

Café.
Chandal (o chundal para mi hermano) del marido, bien grande, con el que poder jugar a quitarme y ponerme la capucha, en clara alternancia con hacer y deshacer cada rizo de mi pelo: me ayuda a concentrarme.
Mmmm, plátano, que tiene mucho fósforo o potasio o no sé qué que ayuda al cerebro a ser más cerebro en época de exámenes, o algo.
Mini paseo una vez por hora: al baño, a la nevera, a por agua, para poner el último boletín de notivias en la radio, a hacer café.
Más café: por si no lo había dicho, me he despertado a las 6:30 de la mañana, no por amor a las correcciones, sino porque Clarita tenía hambre. Y, desde las 7:30, corrigiendo.
Zapatillas de estar en casa, gafotas, papeles, libros y carpetas en posición de ataque.
Otra mini pausa para subir al despacho (corrijo en la mesa del salón, que si no no me cabe todo) a por la gramática de la RAE, que se me ha olvidado.
Mmmm, emails, ¡claro!
Salvo otras obligaciones ineludibles (ir a por los niños a la guardería, comprar comida, cocinar, comer, ver "Pocoyo" o llevar a Tobias al médico) este es, esencialmente, mi plan para la próxima semana. ¿A que mola? Lo he llamado terapia de choque contra la morriña post navideña en Madrid.
Espero que funcione y, sobre todo, terminar a tiempo las correcciones.