jueves, 20 de diciembre de 2012

Caligrafía

Qué pena. Antes tenía una letra que me encantaba, no muy "de chica", redondita pero con personalidad. Creo. Sin embargo, con el paso de los años y horas y horas y horas de teclear, mi letra se ha arrugado y hecho fea y un poco agria. Me esfuero por enderezarla y darle forma y la redondez de antaño, pero nada, que no quiere. 
El esfuerzo es casi diario, y tiene el aliciente de que escribo tres diarios (ya sabéis, yo y los cuadernos): uno mío, otra para Tobias y otro para Clara (desde que me quedé embarazada de ambos).
Pero nada.
¿A alguien le ha pasado lo mismo? 
¿Alguien tiene algún truco para recuperar el esplendor de la caligrafía? (estoy dispuesta casi a cualquier cosa que no sean los cuadernillos Rubio, que aquí no hay y en ese mundo en que vivimos parecen cosa de otro siglo, cosa que, por otra parte, lo son)

¿El fin del mundo?

Se supone que iba a ser mañana, día 21/12/12. Pero en algunas partes de la tierra ya es 21 de diciembre y, una vez más, nada, no lo es. El fin del mundo, digo. 

Mientras espero al próximo (fin del mundo), disfruto hasta la médula de los preparativos para la Navidad. Este año mucho, muchísimo, más que otros años. Será porque los niños, al menos Tobias, se dan cuenta de que llega, y habla sin parar del árbol de Navidad, y busca los más bonitos y mejor iluminados cuando vamos por la calle, lleno del entusiamos que solo tienen los niños.
Será porque estoy más receptiva que otras veces a dejarme acariciar por las luces que adornan las calles, por la acción solidaria que organiza Studio Brussel; será porque este año estoy muy sensible al cambio de las estaciones, al tiempo, a que los días sean cada vez más cortos, más oscuros y muy caseros; será porque hace falta un refugio que nos salve de tanta tristeza, crisis y malas noticias; será porque (casi) es Navidad.

Sea por lo que sea consigo hacerle un hueco, un espacio de silencio, paz, calor, aquí dentro, que me permite aislarme de los estreses y prisas de estos úlimos días de locura examinativa y correccional en el trabajo. 
Una vez más, me sueno a mí misma a tópico, pero de verdad que me da igual. Al contrario, estoy contentísima con esta Navidad que llevo dentro, y por eso este año hemos comprado un árbol grande y de verdad con el que los críos y yo estamos super entusiasmados, hemos puesto un Belén y decorado un poquito el salón, me he quitado tiempo de otras cosas pendientes para salir una mañana a comprar algunos regalos (esta vez consciente de lo que quiero que signifiquen para las personas a las que quiero, no porque sí, porque toca, como tantas otras veces) y me he emocionado con la actuación de Tobias y los demás niños del cole en la función de Navidad del pasado martes.¡Si hasta me he bajado un cd de villancicos versión "indie" para poner en nuestras tardes caseras de juegos y libros y cocina! 

Así que, llena de este espíritu de verdad sincero y, si por lo que sea no puedo deseártelo en persona (o por teléfono, aunque sea): ¡FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO!

lunes, 3 de diciembre de 2012

Tell me why

I don't like Mondays, tell me why, I don't like Mondays, tell me why...
http://www.youtube.com/watch?v=o2I84-A9duY

Yo sé por qué. Porque hemos tenido un estupendo fin de semana, con los niños, entre nosotros dos. Serie nueva, obras en casa, planto semillas con Tobias y vemos juntos cómo crecen, peluquería con él y Clara, mercado local, fiesta de Sinterklaas, familia a la que hacía tiempo que no veíamos. Muñeca nueva, grúa gigante, Janis en el coche, lluvia y frío fuera y nosotros bien calentitos dentro. 
Avanzamos con el patio (el sábado sí que pasamos frío, todo abierto mientras hacían las obras, pero improvisamos los juegos y la comida en nuestra habitación, un poco apretados, pero fue divertido), a nuestra casita le queda un poco menos para ser como queremos.
Risas con ellos, aunque también muuuuuuuucho cansancio el domingo por la tarde, así que enfados. Qué difícil es a veces educarles.
El tiempo, el frío, la primera agua nieve, los días hiper cortos, todo nos lleva a Navidad, así que lo último para lo que tengo cuerpo es para un lunes como el de hoy, estas dos semanas son intensísimas de trabajo.
Si no pueden ser vacaciones todavía, al menos que no sea lunes, menos aún un lunes tan largo...