viernes, 27 de febrero de 2009

Por soleás

Como no sé estarme quietecita, y recién salidita de un señor catarrazo (como ya sabéis) pues me pongo los taconazos y el traje de faralaes y, hala!, a bailar flamenco esta tarde. Nada, una tontería: los grupos de flamenco de la escuela donde bailo una vez a la semana vamos a hacer un espectaculillo esta tarde y así mostrar a un público (familiares y amigos, vaya) lo que vamos aprendiendo. Lo mismo que hacíamos cuando éramos pequeños en el cole a final de curso, o que hacía cuando aún bailaba ballet, pero unos cuantos años más tarde. Y en Bélgica, je,je, lo cual no deja de tener gracia.
Y, aunque es una tontada, no sé, tengo el gusanillo por aquí dentro, y me da casi hasta un poquitín de vergüenza que Mathias y algunos amigos vayan a venir a verme. Qué bobada, no?
Eso, yo a lo mío, que tanto me gusta. Y, si otros pasan un buen ratillo, pues mira, que me quiten lo bailao ;-)

PD: Lo del traje de faralaes es coña, vamos muy discretitas, falda negra y sin volantes ni lunares, que esto no es la Feria de abril...

jueves, 26 de febrero de 2009

Cuatro días metida en casa

Desde el lunes, por culpa de un catarrazo o gripecilla, según como se mire. Ideal, podría pensar alguno, 4 días en casa sin tener que ir a trabajar, sin madrugar, dedicado sólo a leer, ver películas y dormir. Un día mola, dos días, bueno, pase, pero al tercero ya una se harta. Porque no puedo estar muy concentrada durante mucho tiempo, esta cabezota empieza a dar vueltas como una lavadora, de modo que, no, no he leído mucho y sólo he visto un par de películas, "The assassination of Jesse James by the coward Robert Ford" (soberbia, por cierto) y "Brokeback mountain" por segunda vez, hice bien en verla, pues no recordaba casi nada.
Menos mal que existe internet, porque me he dedicado a leer el periódico, ver las noticias y navegar a lo tonto (así he aprendido cosillas de dos de mis grupos favoritos del momento, Editors e Interpol) y que, como amita de mi casita, siempre hay recadillos que hacer, que si no me subiría por las paredes del aburrimiento, como me pasaba cuando era pequeña y quería volver al colegio aun sin estar del todo curada.
Además, me siento un poco culpable, porque tengo todo el tiempo del mundo y no soy capaz de avanzar con el doctorado, me pongo una hora a ello y en seguida me duele la cabeza o se me cierran los ojos. Por no tener, no tengo ganas ni de fumar y, cuando he salido a la calle a por pan o algo así, estoy como flotando, como si estuviera drogada ( es una forma de hablar, nunca me he metido de nada).
A pesar de los pesares, esta tarde daré clase, aunque me salga un churro, con tal de salir de casa más de media hora y hacer algo productivo...
Hasta entonces creo que va a caer otra película, cambio la sesión nocturna con Mathias por una sesión vespertina yo solita: "Paranoid park", de Gus Van Sant va a ser la elegida.
Para colmo, se nota un poquito que la primavera está llegando y yo aquí metida, perdiéndomelo, ayyyyyyyyyyy....

lunes, 23 de febrero de 2009

Si El Fary levantara la cabeza...

Anoche me quedé en casa de mi amiga Silvia para ver la ceremonia de entrega de los oscars y, después de chuparnos los premios a mejor maquillaje, vestuario, realización y al moño más hortera ( es coña, no existe tal categoría, pero deberían inventarla) a las 5 de la mañana estábamos ya muertas de sueño ( y eso que la ceremonia fue hasta entretenida) y nos perdimos los jugosos, mejor peli, director, actor, actriz. En fin, al menos me lo pasé muy bien, aunque hoy tenga que pagar las consecuencias de haber dormido sólo un par de horas. Y nos cundió mucho e hicimos muchas coñitas y muchas chorradas.
Una de ellas es este vídeo: lo siento, pero me temo que hay que ser español para comprender el alcance del mismo.
Espero vuestras reacciones, je,je...

domingo, 22 de febrero de 2009

Islandia

Debería decir mejor Reykjavick, pues es donde hemos pasado la mayor parte de los 5 días que hemos estado en ese país. La foto es del único día que salimos de la ciudad, en una visita completísima de un día entero a Geysir (el que da el nombre a los demás géiseres del mundo), unas cataratas espectaculares llamadas Gullfoss, el parque natural de Pingvellir (se escribe de otra forma, pero no tengo el signo en el teclado, hay letras un poco raras en el islandés), un obispado luterano enmarcado en un paisaje idílico y varias cositas más, mu ricas, como diría mi hermano.
Nos llevamos varias sorpresas. Para empezar, que hace muuuuuuuuuuucho menos frío del que imaginábamos ( del que imagina casi todo el mundo, creo) pues está rodeado por corrientes oceánicas que suavizan mucho las temperaturas. No obstante, el viento sopla constante y muy variablemente, tanto que, en Reykjavick, los relojes de las torres de las gilesias no pueden marcar exactamente la misma hora.
Así que, debido a ese viento, el tiempo cambia constantemente, y en un mismo día la luz varía muchísmo, además de tener sol, lluvia, nieve y aguanieve de manera alterna y sin poder predecir qué será lo siguiente que caiga. Ideal para todos aquellos amantes del control y el orden, y no miro a nadie en particular, je,je.
Más sorpresas: había muchas horas de luz, amaneciendo a las 9 de la mañana y anocheciendo sobre las 18.30-19.00. De hecho, cada día era un poco más largo, y juro que se notaba, de verdad.
No hay comida típica que digamos. Bueno, sí, pescado y cordero, y de muy buena clidad, y una especie de tiburón medio ahumado medio curdo que leí en la guía pero que no vimos por ningún lado. así que, como estábamos en un apartamentito ( el que un país entero esté en bancarrota es uan auténtica desgracia para sus habitantes, pero para turistas que manejan euros es bastante ventajoso ir allí ahora, por eso fuimos nosotros) con cocina, pues tiramos mucho de supermercado. Lo cual me da la oportunidad de escribir sobre ello, y decir que la fruta y la verdura, claro, tienen que importarla toda, y es enana y bastante cara. De hecho, es un país en el que tienen que importar casi todo, por eso era tan caro (entr otras razones) viajar por allí hasta hace unos meses.
Reykjavick es una ciudad pequeña, con tan sólo 110.00 habitantes, y entre la ciudad y sus alrededores, viven 2/3 de la población de la isla. El resto es bastante inhóspito, y no me extraña, si tenemos en cuenta que es volcánica, que está cubierta de glaciares (el más grande del tamaño del condado de Yorkshire, según el libro , je,je) y que está atravesada de norte a sur por la falla que separa la placa tectónica de Eurasia de la de América de modo que la isla crece cada año una media de 2-3 cm. En fin, que es normal que la gente se concentre donde la vida es un poco más fácil y donde la tierra no tiemble bajo tus pies a la primera de cambio. Por cierto, que vimos el rif, la falla que separa ambas placas tectónicas; es impresionante saber que tu pie derecho está en Europa y el izquierdo en América, una sensación difícil de describir.
Para ser febrero me sorprendió que hubiera tantos turistas, especialmente yanquis y británicos, pero por lo visto es una forma barat de cruzar el Atlántico, haciendo escala en Reykjavick. Además, leímos en varios sitios que la influencia estadounidense ha sido bastante fuerte en el siglo XX, tanto que mucha gente reclama sacudirse esa influencia y volver un poco a las raíces y costumbres islandesas, ricas en historia y arraigo.
La gente es bastante amable, y hablan un inglés fantástico con un acento muy gracioso, muy pausado, muy suavee, como son ellos en sus maneras y actitudes, aunque a veces reaccionan de forma muy graciosa, no sé cómo describirlo, como niños a veces, dando saltitos o palmaditas si están contentos, je,je, mola mucho.
Me resulta imposible repetir muchos de los nombres de sitios, calles o lugares que hemos visitado; sé que podría mirarlo en la guía, pero lo que quiero decir con esto es que es casi imposible recordar esos datos por el alfabeto tan raro que tienen, tan distinto...
Por cierto que, pese a tener la capital situada más al norte del mundo, a que la mitad del país esté dentro del cículo polar ártico y tanta superficie cubierta por glaciares, sigue siendo Europa, y por eso la gente viste como nosotros y tiene más o menos el mismo horario y escucha los mismos éxitos en la radio.Vamos, que no son medio esquimales ni tan raritos como Bjork, quiero decir. por si alguien lo pensaba.
Dos cositas más: una, que muchas casitas - no todas, ojo- están pintadas en esos colores rojos, verdes y azules que vemos en los documentales de la tele sobre los países nórdicos, y le dan un colorido maravilloso a las ciudades y al paisaje y dos, que Reykjavick cuenta con muchos, pero muchos museos muy muy interesantes, de los cuales vimos dos de arte contemporáneo muy chulos. En uno de ellos descubrí a un artista que me ha fascinado, por cierto: Dieter Roth.
Y termino contándoos que nos bañamos en una piscina al aire libre, con agua termal y nevando sobre nuestras cabezas, tal y como por lo visto, hacen todos los islandeses, desde los niños hasta los abueletes. Y doy fe de que así es, y que es algo tan popular como los pubs para los ingleses o los coffeeshops para los holandeses, con la diferencia de que es baratísimo y que de verdad hay gente de todas las edades.
Una experiencia única, vaya, pero creo que el resto lo contaré en persona al que quiera saber más, que esta entrada es ya demasiado larga.
Eso sí, sólo añado que nos hemos quedado con las ganas de ir por tres o cuatro semanas algún verano para descubrir el resto del país, que ahora nos atrae aún más si cabe. Un sueño hecho realidad ha sido este viaje...

miércoles, 11 de febrero de 2009

Revisor flamenco habla español con acento mexicano

Sé que había escrito el título de la entrada pero no la susodicha, no ha sido un despiste, no. Es que lo escribí para no olvidar de qué quería hablar ( me sucede muy a menudo, tengo algo en mente pero luego se me olvida escribirlo...) hace ya casi dos semanas, un martes. Volvía de dar mi clase en Kortrijk, charlando tranquilamente con mi compañera Carolina (sevillana, con un acentazo que no puede quitarse de encima ni cuando habla neerlandés, je,je) cuando se acercó el revisor de turno para pedirnos los billetes, claro, eso es lo que hacen los revisores, que aquí llevan un uniforme con gorrito muy gracioso. Sorpresa la nuestra cuando nos dijo "Buenas noches" en un español perfecto, sin acento flamenco, sino más bien tirando un poco a mexicano. "Buenas noches", le respondimos nosotras, que somos muy educadas. A partir de ahí se soltó el señor (vale, no mucho, pues tenía que hacer de señor revisor) y nos preguntó que qué hacíamos en ese tren y en Bélgica y que si éramos estudiantes de Erasmus, ja,ja, qué gracia, yo todavía paso, pero Carolina es una señora de 35 palos. La excusa perfecta para contarnos que él habla español porque vivió 6 años en México y que lo echa mucho de menos, que no acaba de acostumbrarse a estar de vuelta en Bélgica. "Sobre todo por la gente, allá son mucho más cálidos".
Me quedo con esa frase del revisor flamenco que habla español con acento mexicano. A ver si vuelvo a encontrármelo en el tren, que tengo curiosidad por saber más de su historia.
Las cosas de este mundo global-izado en el que vivimos.

jueves, 5 de febrero de 2009

Ir al cine sola

Es algo que sólo he hecho un par de veces en mi vida, aunque de siempre me han fascinado las personas que veía que iban al cine solas, o los personajes de novela o película con la misma costumbre o, en caso de no ser hábito, momento de lucidez e independencia.
Mi motivo era mucho más prosaico: tenía una entrada gratis para el Kinepolis, la última de unas cuantas que nos tocaron en un concurso de la radio (creo que ya he escrito sobre esto) y ayer era el último día de validez. Además, Mathias iba a una conferencia y, de mis amigas, una está en Valencia, otra no podía quedar y una tercera acaba de tene run hijo, así que lo del cine, pues como que no.
Total que, por no perder la entrada y, tras haber estado trabajando toda la tarde, Mathias me convenció para que la aprovechara. Así que me fui a ver "The strange case of benjamin Button", la única que merecía la pena en el Kinepolis, que es donde nos habían tocado las susodichas. Si no de qué voy a ir yo al Kinepolis, con los 8.70 eurazos que cesta, vaya robo...
No sentí nada especial, ni negativo ni positivo. Había más gente como yo, sola, auqnue la mayoría iba, lógicamente, acompañada. Simplemente disfruté de la película, mucho, y lo único que eché de menos fue comentarla inmediatamente después con alguien, pero nada más.
Quizá alguien se fijó en que yo estaba sola en el cine, y quizá ese alguien elucubró sobre los motivos que me habían llevado a ello, y quizá ese alguien sintió lástima por mí o una pequeña admiración por ir sola al cine, quién sabe. Yo, simplemente, disfruté de la película.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Con qué me entretengo

Debido a mi trabajo, paso mucho tiempo durante el día en casa. Al principio, cuando vine a Bélgica, era un problema, pues muchas veces me aburría un poco, no dominaba la ciudad como ahora, tenía menos amigas (casi todos eran amigos de Mathias, a los que sólo veia cuando quedaban con él) y el horario cambiado con respecto al resto de la gente. Bueno, todo eso pasó, y ahora vuelvo a pasar por una época bastante "casera", por así decirlo. Claro que tengo el flamenco (por cierto, vamos a hacer un espectaculillo el día 7 de febrero), la natación (confieso que, con el frío, voy sólo una vez por semana, burrrrrrrrrrrr), el doctorado y, por supuesto, el tiempo que tengo que dedicarle a preparar las clases, especialmente ahora que voy a empezar en la universidad, algo bastante serio.
A lo que iba. El caso es que, a pesar de tener tantas cosas que hacer, como paso tantas horas al día sola, eso me deja mucho tiempo, además, para leer ( ya os voy contanto cuáles son mis últimas lecturas...), ver pelis, cocinar (en la última semana me he marcado, ni más ni menos, un risotto con puerro, wok de verduras, tortilla de patata, boquerones en vinagre, un estofado de verduras típico de Flandes y mañana van a caer unas lentejas como Dios manda...) y tener gente invitada en casa: sólo el fin de semana pasado durmió gente en casa jueves, viernes y domingo, y me encanta, tener invitados, gente alrededor, cocinar para muchos, charlar, beber, reír.
Ya me centro, pues contaros mi rutina diaria o aventurillas de los últimos días no es el propósito de esta entrada. Lo que quería contar es lo mucho y muy interesante que descubro cada día en internet. Por supuesto, las noticias, tanto espñolas como flamencas, las veo todos los días en internet. Sí, sí, el telediario completito, con media hora de retraso con respecto a su emisión, lo cual no es nada. Pero no sólo eso, sino también "Informe semanal" todas las semanas (me encanta, sé que es un poco como de abuelo, pero me encanta sentarme durante una hora y ver reportajes bien hechos que profundizan en temas de la actualidad) y, últimamente, un concurso de preguntas tipo "trivial" muy popular en la televisión flamenca, que traducido se llama algo asi como "La persona más inteligente del mundo" y en el que participan personajes del mundillo intelectual y de la política de aquí, muy chulo, de verdad.
Pero aún hay más, porque antes de escribir esta entrada he visto las imágenes de un grupo de pirados que cada año se dedican a subir los 1576 escalones del Empire State en Nueva York y estaba pasándomelo teta aquí yo solita, a no sé cuántos miles de km de la capital neoyorkina. Son sólo un par de ejemplos, para que leáis casi en tiempo real a qué dedico mis ratillos libres, y lo mucho que aprendo, y lo digo totalmente en serio, con internet en casa. Adictivo, lo admito, pero más sano que la tele, eso desde luego.
Ya para terminar, bueno, una nota sobre Facebook. Todos los que me conocéis sabéis que no soy muy amiga de ello. Más bien no soy amiga en absoluto. Pero estaba escuchando la radio cuando he oído algo que me ha parecido muy muy original, de verdad, de lo mejorcito en los últimos meses. La presentadora del programa en cuestión, Sofie Lemaire se llama, que no forma parte de Facebook, por cierto, ha encontrado a través del mismo a una chica que se llama igual que ella y que vive en ...Australia. Ni corta ni perezosa, como hoy se cumplen 5 años de la red social o no sé qué, le ha llamado por teléfono y se han puesto a charlar. Ha empezado a preguntarle cómo es físicamente, qué hace, si estudia o trabaja, qué música le gusta y, joder, se parecían un montón las dos chicas, de verdad. Vale, admito que sin Facebook algo así no habría sido posible, es cierto.
Cojonudo, sencillamente original y, no sé, una idea muy fresca.

Pues eso, esto es sólo una parte de lo que me da de sí la internet a mí...

PD: He visto en varios blogs que mola mucho hacer fotos de lo que cocinas y escribir la receta y ponerla como entrada. Como por rachas soy un poco marujilla y la cocina me absorbe, lo mismo me hago maruja tecnológica y empiezo a colgar fotos y recetas de los platos que preparo, ya veremos.