lunes, 30 de abril de 2012

Puente (raro)

Esta mañana he oído en la radio el mensaje que había enviado uno de los oyentes en el que decía que qué gusto de puente, que tendría que haber más a menudo, uno cada semana,a ser posible. Ya, vaya un lumbreras, eso lo pensamos todos. Pero no lo decía porque el tipo estuviera de puente, sino porque iba camino al trabajo y daba gusto lo tranquila que estaba la carretera, que no había tráfico y todo funcionaba perfectamente, sin complicaciones, todo lo contrario que un lunes normal.
Joé, he pensado yo en ese momento, pues yo me cambiaría ahora mismo por cualquiera que no tuviera que ir a trabajar. 
Pero he cambiado de opinión según pasaba la mañana y podía comprobar que no tenía que correr para coger sitio en el tren, ¡que hasta sobraban asientos!, que la gente iba como mucho más relajada, que había menos tráfico y casi nadie en la facultad, que hay más silencio y, de verdad, se trabaja mejor.
Sé que es rizar el rizo, pero hasta ha salido el sol (y dicen que sólo por unas horas, que esta tarde vuelve a llover, este año la primavera no llega), y tengo mucha energía para trabajar y resolver miles de pequeñas cosas que nunca puedo terminar, porque otros están de puente y, como casi no hay emails ni llamadas ni citas ni reuniones, se puede trabajar de verdad. Hoy, disfruto trabajando.
Le doy una vuelta más al asunto-rizo, y me doy cuenta de que de verdad vivimos de manera demasiado atropellada, siempre deprisa, siempre tratando de ser eficientes y productivos y llegar a todo, de la agresividad a la que conduce este ritmo de vida (lo vemos en el tráfico, en el tren, en la manera de andar de la gente...). Es algo que me preocupa últimamente bastante, y este mismo fin de semana hemos jugado Mathias y yo a qué haríamos si no tuviéramos que vivir así. Y la respuesta es, en resumen, que viviríamos de verdad, nos cuidaríamos el uno al otro, cuidaríamos de los niños, viajaríamos, compraríamos y leeríamos más libros, haríamos más deporte, visitaríamos exposiciones, iríamos al teatro y al cine, enseñaríamos todo lo que sabemos a nuestros hijos, jugaríamos más, nos dedicaríamos a nuestras respectivas aficiones, pasaríamos más tiempo con amigos o temporadas largas en otros países, con gente nueva, ayudaríamos a otros que lo necesitan, la lista es casi interminable.
¿Qué harías si no tuvieras que vivir como vivimos ahora, a qué dedicarías tu tiempo, tu vida?

martes, 17 de abril de 2012

Annus horribilis

Para la monarquía española. Por fin. A ver si poco a poco la gente se va atreviendo a decir lo que para mí , para mucha gente, es evidente.
Ojalá les dieran más caña, es indignante, vergonzoso e inmoral que Juancarlitos se vaya de caza a Botsuana como quien va a remar al Retiro un domingo por la tarde, a costa de 40.000 euritos de nada pagados por los españolitos con sus impuestos, en un momento en que a muchos no les queda ni para el café.
Por no entrar al tema de los urdangarines, froilanes y marichalares, que todos sabemos lo mal que lo están pasando ahora que se han destapado sus trapicheos, pobrecitos.
Por una parte, me alegro de que haya salido a la luz, aunque sea a costa de cadera rota ( y la de viajes que le habremos pagado, a Botsuana y Dios sabe dónde, con quién, a hacer qué y costando cuánto, y nosotros sin saberlo) y de la imagen que proyecta ahora mismo en el exterior.
Pensándolo bien, no hay mal que por bien no venga, quizá esa misma mala prensa sirva para que a la gente se le caiga de una vez la venda y haya una profunda revisión de la necesidad de mantener una monarquía en España.
Y, aunque lo dudo, ojalá sea así.

De aniversario

4 años cumple hoy el blog. Con muchos lavados de cara, como le gusta decir a Elvira. Con un matrimonio, dos hijos, una casa, medio doctorado, otro que parece que quiere empezar, casi 30 años que voy a cumplir.
Para mí es un día importante, me vienen 4 años a la cabeza, lo bueno, lo malo, lo escrito, lo no escrito, lo pensado, lo sentido, lo soñado,lo trabajado, lo viajado y leído y comido y cambiado.
Cuánto hemos cambiado. O no, la esencia está ahí, pero voy cincenlándola casi sin darme cuenta.
Nunca pensé que me duraría tanto, mi cuaderno de colores. Y, sin embargo, aquí estamos.
Hoy lo uso para mirar hacia atrás, de dónde vengo. Otro día me servirá para mirar hacia delante, a dónde voy.

jueves, 12 de abril de 2012

Refranes

No estoy muy segura de que el refranero español sirva para Bélgica, pero hoy desde luego viene al pelo.
En abril, aguas mil.
Y más.
Qué manera de llover.
Día casero, casero. De moño, chándal (muy español), juegos y canciones con los niños, algo de lectura (mientras se echan su siesta, hoy larguísima, parece que no quieren levantarse, total, si no vamos a poder salir ni al parque, pensarán los pobreticos míos) y blog.
Segunda parte de las vacaciones: metiditos en casa.