jueves, 28 de abril de 2011

Cerrado por obras

Literalmente. Para obras, las del Escorial. y las de nuestra casa. Nos mudamos dentro de tres semanas y, con la carga de trabajo que tengo en la universidad, Tobias, el embarazo, yo conmigo misma, terminar las susodichas obras y las pequeñas aventuras que nos depara el día a día, literalmente no doy abasto. Así que prefiero echar el cierre al blog por unas semanas (creo que serán un par de meses, hasta que nazca mi hija y, una vez en la casa nueva, tenga nuevas experiencias de madre que contar, nuevas anécdotas de mi vida en Gante, tiempo para leer otra vez, para pensar y crear y escribir sobre ello).
Me da pena, pero tengo que ser realista y, si no me cuido, sis igo a este ritmo a veces frenético d eintentar hacerlo y acapararlo todo, la nena va a adelantarse, así que tengo que hacer ciertas elecciones, pequeñas renuncias.
Pero sigo aquí, vivita y coleando, dando guerra a todo el que se acerca ;-) Seguiré juntando palabras en mi cabeza, atenta al mundo que me rodea, leyendo, escuchando, viendo.
Para volver nueva (madre por segunda vez, como si no fuera ya cambio suficiente) y con más fuerza.
Esto no es un adiós, es un hasta luego. O hasta el verano.

miércoles, 6 de abril de 2011

Por dónde empezar...

...cuando llevo tantos días con ideas que dan vueltas en la cabeza y me apremian en la punta de los dedos para que me ponga de una vez a escribir, pero sin éxito, porque el trabajo, las obligaciones, otras tareas, se imponen, me roban las horas.
Por fin lo consigo, un rato de silencio, la primavera luce rabiosa fuera, la ventana del despacho abierta. Mi espíritu, en vez de sosegarse, se acelera, porque son demasiadas las cosas que quiero decir, y no sé por dónde empezar, qué forma darle. Si recurrir a un mero listado, como otras veces que he sentido esa casi angustia apremiante por sacar fuera fuera fuera lo que llevaba días dentro, o intentar respirar hondo, calma, y entregarme a una redacción sosegada y serena. Opto por la mezcla.
Quizá, si escribiera sistemáticamente todos los días, como era mi propósito, no me ocurriría esto, no me vería de pronto desbordaba por un torrente de ideas, impresiones, aprendizajes, sentimientos y emociones. El problema es que casi siempre me falta esta inspiración, este impulso. Me miro a mí misma y veo que no tengo nada que contar, o que no sé cómo hacerlo. Está claro que hoy no es el caso, sino todo lo contrario, y una energía derrochadora y soleada (seguro que hija de esta primavera) se me escapa y me tiene como abeja de flor en flor toda la mañana, mejor dicho, toda la semana.

Empiezo con música, la que me ha puesto de nuevo el vello de punta, y hacía semanas que casi ninguna canción conseguía transmitirme nada, empezaba yo ya a preocuparme. La banda sonora de "Into the wild" (ya dije en alguna entrada anterior que esta película había vuelto a entrar en mi vida, que de repente necesitaba volver a verla; aún está esperando su momento, llegar llega, es sólo saber encontrarlo y atraparlo, como el de los libros), escrita por encargo del mismo Sean Penn por Eddie Vedder, de Pearl Jam. Dios, qué maravilla. De voz, de la que ya estaba enamorada, pero también las letras, la fuerza, la sinceridad que transmite, sin adornos, pura. No me la saco de la piel, resuena en mis oídos constantemente. (literal y literariamente, porque me ocurre que sólo entiendo las letras de las canciones cuando llevo los cascos, soy totalmente incapaz cuando suenan en un sistema normal, en la radio o a través de altavoces, me distraigo, no sé, no las oigo bien, así que no las entiendo. Nada, una pequeña anécdota sobre mí misma)
Una invitación a la reflexión, como tantas esta semana. Quiénes somos, en qué nos hemos convertido, por qué vivimos así, por qué empeñarnos en acumular y consumir, una vuelta de tuerca, back to the basics. Todo encaja, todo está enlazado.

De reflexión en reflexión.

Como la que despertó en mí el programa "Redes" de TVE de la semana pasada sobre la creatividad. Cultivarla y educarla como las matemáticas, la geografía, la lengua. Abrirles todas las puertas a mis hijos. Y yo, siempre tan dada a hablar, decir, hacer, aprender a escucharles. A escucharme. Tarea para los próximos años.
TODOS TENEMOS LA CAPACIDAD DE SER CREATIVOS
Dura menos de media hora y no dice cosas muy nuevas, pero me hizo click. Por si alguien tiene media horita para relajarse reflexionando un poco. Qué difícil a veces con este tren de vida.

Como la que creo que va a provocar en mí cuando lea algo más acerca del libro "¡Indignaos!" publicado por el filósofo francés Stéphane Hessel y que, contra todo pronóstico, parece estar sacudiendo Europa. Como digo, aquí está, pendiente, una primera aproximación, a ver qué se me revuelve por dentro esta vez. ¿Alguien ha oído hablar de ello? ¿O leído el libro?
Libros: estoy releyendo "El hereje" de Delibes, y me derrito, me deleito, con su manejo y dominio del lenguaje. Qué experiencia. Un modelo. Cuánto se consigue con las palabras bien dichas, bien hechas.

Viajes, buen tiempo, sol, creatividad, hacer algo por los demás. Me ha impactado la aventura de mi primo y BoaMistura en Sudáfrica, que he seguido a través del blog que han creado para ello. No por ser Sudáfrica en sí, que no me atrae especialmente, pero sí por condensar muchos de mis otros sueños de ahora.
http://awoa-residency-boamistura.blogspot.com/
Más lectura, para cuando tengas tiempo. Y hermosas fotos, además del arte que ellos llevan consigo. Qué envidia me da la gente con verdadero talento.

Termino con trabajo y con un nuevo tesoro que ha caído en mis manos en forma de encargo de mi jefa: tengo que recopilar artículos reunidos por alumnos de primero lingüística española entre los años 2000-2001-2002. Se trata de artículos aparecidos en El País entonces (los colaboradores habituales, Manuel Rivas, Rosa Montero, Maruja Torres, Antonio Muñoz Molina, etc...) que los alumnos tuvieron que digitalizar en su momento para luego trabajar sobre ellos determinados fenómenos lingüísticos. El romanticismo de todo esto está, no sólo en tener el placer y el tiempo para releer esos artículos antes de editarlos -muchos de ellos siguen siendo vigentes en la actualidad, o vuelven a serlo- sino que el soporte en el que están es ¡disquete! (y castellanizo la palabra a propósito, ya que nunca he sabido cómo escribirla bien, he ahí mi inculticia) y sólo han pasado 10 años desde entonces, pero cómo ha cambiado todo, cómo hemos cambiado. Hace 10 años yo también estaba en primero de carrera. Qué coincidencia. Qué romanticismo, de verdad.

Así que me entrego con ganas a mi trabajo-tesoro, a pasar la tarde releyendo artículos en busca de erratas o errores, aliviada por haberme quitado este peso de encima y rumiando ya la próxima entrada del blog. Qué cosas, he empezado escribiendo esto de mañana y ya es por la tarde. El tiempo: vuela.