lunes, 22 de noviembre de 2010

Déjà vu

Otro otoño-invierno (van dos seguidos) embarazada. Disfrutando del calorcito en casa mientras fuera hace cada vez más frío y no veo el sol desde hace 10 días.
La tripa crece poquito a poco y el trabajo intenso da paso a muchos ratos de cocinar y comer disfrutando como una enana la comida; de leer nuevas novelas recién compradas ("Crimen y castigo" y "El sueño del celta" son las que me esperan ahora); de terminar series ( la tercera temporada de "The shield" y Raúl me recomendó un par de cuyo nombre me he olvidado, échame una manita, hermano) y ver pelis de todo tipo, desde clásicos como "Rear window" (caerá esta noche) hasta otras más facilonas y comerciales como "Eat Pray Love" ( lo sé, lo sé, pero este otoño está siendo tan duro física y emocionalmente que un día simplemente necesitaba descansar y apagar un poquito el cerebro), "Inception" (que empezó muy bien peor acabó muy predecible) o la inquietante "Io sono l'amore" (n sé que tiene el cine italiano de los últimos años que me tiene fascinada).

Sé que suena a repetido, embarazo, comida, libros, películas. Por eso digo que parece un déjà vu. Sólo yo sé que no lo es.
El invierno tiene su encanto, que nadie lo dude.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Viajar puede ser gratis

Creo que es por el tiempo que está haciendo, mucho más cercano al invierno de lo que me gustaría, con estos días cortos y de cielo tan bajo que se cuela bajo el abrigo.
Así que viajo con la mente mientras viajo en tren, y esta mañana los destinos escogidos eran Egipto (me encantaría volver, y esta vez no me perdería Alejandría), Estambul, Chile, Polinesia, Australia, Argentina, Nueva York, alguna isla del Egeo no muy turística o la parte que nos quedó por recorrer de Sicilia.
Hay que poder escaparse de vez en cuando...

martes, 9 de noviembre de 2010

Otoño

Por segunda vez una entrada del blog se titula así.
Me inspira sensaciones de lo más contradictorias. Cuando viajo en tren al trabajo o conduzco a lo largo de la autopista me quedo atrapada con los colores del campo, el contraste entre verde, ocre, anaranjado, amarillo, pardo. Me gustan los colores ahora, cuando el otoño es aún otoño y todavía no amenaza el invierno. Entonces siento algo tibio, suave, que me hace sonreír por dentro, como un calorcito acogedor.
Al mismo tiempo, llueve más (sí, es posible que llueva aún más en este país, por increíble que parezca) y el cielo está más bajo, más gris. Los días son más cortos y a veces siento como una presión que me impide sonreír y hace que los días parezcan eternos y un poco demasiado tristes a veces.
Ambas sensaciones se mezclan, van y vienen.
Ahora llueve, y el nudo está en la boca del estómago.