martes, 9 de noviembre de 2010

Otoño

Por segunda vez una entrada del blog se titula así.
Me inspira sensaciones de lo más contradictorias. Cuando viajo en tren al trabajo o conduzco a lo largo de la autopista me quedo atrapada con los colores del campo, el contraste entre verde, ocre, anaranjado, amarillo, pardo. Me gustan los colores ahora, cuando el otoño es aún otoño y todavía no amenaza el invierno. Entonces siento algo tibio, suave, que me hace sonreír por dentro, como un calorcito acogedor.
Al mismo tiempo, llueve más (sí, es posible que llueva aún más en este país, por increíble que parezca) y el cielo está más bajo, más gris. Los días son más cortos y a veces siento como una presión que me impide sonreír y hace que los días parezcan eternos y un poco demasiado tristes a veces.
Ambas sensaciones se mezclan, van y vienen.
Ahora llueve, y el nudo está en la boca del estómago.

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