miércoles, 24 de septiembre de 2008

Otra crisis

Política, como no puede ser de otra forma en este país. Bastante complicada de entender, a mi juicio y al de mucha gente de a pie, y sumada a una larga serie de despropósitos y malentendidos que tiene el efecto de que la gente se hastíe y se desespere con sus políticos. Así, resumiendo, lo que pasa es que en el gobierno federal hay un partido que gobierna en mayoría gracias a la coalición pre-electoral que hizo con otro partido más minoritario. Ese partido (NV-A, se llama, el minoritario) ha decidido ahora dimitir del gobierno federal porque consideran que, en 15 meses de malgobierno desde que ganaron las elecciones, no se ha llegado a nada de lo que se prometía que harían. Entre otras cosas, intentar una reforma del estado belga, que se va poco a poco debilitando por las luchas entre los políticos (que no tanto la gente) de las tres comunidades que lo pueblan, es decir, flamencos, valones y bruselenses.
Así que ahora estamos un poco a la espera de ver si hay elecciones anticipadas o no, de si el gobierno gobierna en minoría o no, de cómo afecta esto a los gobiernos regionales (flamenco, valón y bruselense; sí, este país está lleno de diputados, minsitros, políticos y burócratas en general) y de si el rey va a tomar cartas en el asunto o no. Un sin vivir es esto, oiga.
Tampoco es el fin del mundo, y el país funciona como si tal, la enorme cantidad de oficinistas y correpasillos lo garantiza. Por eso podemos dedicarnos mientras tanto a nuestros quehaceres diarios: hacer pesto fresco con hojas de albahaca de la plantita que tenemos en casa (es verídico, y me ha quedado bastante bueno, vaya), hojear el programa del festival de cine de Gante que comienza en dos semanas (es casi como una tardición para nosoteos ya, y le da mucha vidilla a la ya de por sí animada ciudad), solicitar un puesto de asistente en la universidad de Amberes con el que sacarme la espinita del que no me salió aquí, escribir en el blog, leer "Animal farm", hojear el periódico, hacer la compra. vamos, lo normal en un miércoles cualquiera de septiembre.
Ah, bueno, y trabajar, que parece que me toco el ombligo, y no es así, no, que una es muuuuuu competente.

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