martes, 5 de agosto de 2008

La nostalgia no es sólo propia del otoño

Vaaaaaaale, aceptamos agosto como veraaaaaaaaano, pero sólo porque pulpo es animal de compañía y la gente se empeña en llevar sandalias y lucir moreno de Mallorca, que si no...A cualquier cosa le llaman verano, incluso a los 22 grados de máxima, como hoy.
Y me corrijo, aquí no van a Mallorca, Turquía y las islas griegas triunfan, pero también destinos exóticos que hacen el mismo efecto. Si es que no saben lo que es el verano, verano, ése de 40 grados a la sombra y no poder dormir por las noches y periódicos vacíos de noticias que merezcan la pena y refritos en la tele a falta de gente con buenas ideas. Porque todo el mundo está en la playa o en el pueblo. En fin, espero que a mí tampoco se me olvide lo que es el verano, VERANO, aunque de momento el moreno exótico lo conservo (de las islas Eólicas, y no digo dónde están, san Google y santa Wikipedia son expertos en geografía, hala). Y, sí, yo también voy con sandalias aunque llueva y ceno a las 19.30 otra vez, pero lo compenso leyendo las historietas de verano de El País o El Mundo y tomando muchas cervezas, que no saben como las cañas pero no están tan mal. Ventaja: aquí tengo que taparme con el edredón por las noches y las 3 es una hora perfecta para ir a tomar un café a una terraza sin arriesgarse a una muerte por achicharramiento. A ver si en Sevilla (o en el mismo Mandril, sin ir más lejos) pueden presumir de eso...
¿Más ventajas? Poder escribir cada día en el blog, a ver si esta vez de verdad, mientras intento encontrar motivos suficientes para no suspirar por un veranito como Dios manda, con tinto de verano, abanico y partidas de cartas después de cenar.

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