jueves, 4 de febrero de 2010

Voy a ser madre

Se acerca la fecha y, aunque no siento nervios, ni miedo, sí muchas ganas de hablar de ello, de cómo me siento, de las molestias y de la falta de sueño por las noches y los dolores que, seguro, se verán más que recompensados cuando tenga a nuestro hijo en brazos.
Un hijo.
Después de ocho meses dentro de mí me parece que llevara toda la vida embarazada, que no ha habido nunca una Lydia sin tripa.
Lo siento como algo muy natural, que tenía que ocurrir, y ya no puedo imaginarme (imaginarnos) sin visitas al ginecólogo, ropa rara que se da de sí, libros y folletos sobre embarazo y bebés (aunque no hemos comprado ninguno nosotros mismos y hemos evitado que el poderoso lobby de bebés nos presione, al final te llegan, gratis o en forma de regalo) o caminando otra vez como una persona y no como un pato.
Al mismo tiempo, es un milagro, algo tan grande, tan hermoso, tan nuestro, que no puedo evitar sentir que ya le amo, aun cuando no le he visto nunca, no le he tocado, no le he olido ni sentido su piel o su llanto. Sé que miles de millones de mujeres han tenido, tienen y tendrán hijos a lo largo de la historia, y que yo no soy especial por ello, ni única. Y, sin embargo, me siento justamente especial y única. Sigo y seguiré siendo Lydia, claro, pero yo ya me veo y me siento a mí misma de otra manera.
Y, sí, ya tenemos casi casi todo preparado para cuando nazca. La ropa, el carrito, las cosas para llevar al hospital, el nombre (que no voy a desvelar, habrá que tener un poco más de paciencia), biberones y algún chupete y hasta una lista de regalos en una tienda, como si fuera una lista de boda (que nosotros no tuvimos que hacer) pero para tu hijo. Sé que suena todo a aburrido y a "padres", pero es que lo vamos a ser. Y me ha nacido un fuerte instinto como de protección, de "previsión". Con lo que yo ya era...

También he hecho un par de cds (bueno, ya no son cds, sino en mp3, hoy día...) para nosotros dos: uno con música clásica para él y otro muy muy cortito con canciones que a mí me gustan y me relajan, que espero que él asocie a ese estado de tranquilidad cuando, una vez nacido, se las ponga. Además, he seleccionado fotos de nosotros dos (Mathias y yo) con amigos y familia de estos 9 meses, y estoy haciendo un álbum con ellas.
Uno de verdad, para que las vea siempre que quiera y no corramos el riesgo de que, con la fotografía digital, algún día todos estos recuerdos desaparezcan. Quiero que vea cómo somos ahora, qué hacíamos con nuestros amigos, salir, beber cervezas, las fiestecillas, los viajes. Qué aspecto tenemos en el año 2009-2010 y, con nosotros, la familia y los amigos a los que se acostumbrará a ver desde que nazca.
Bueno, siendo yo, a todo esto no podía faltarle un diario, en el que escribo para mí y para él desde septiembre. Quizá algún día quiera leerme y así conocerme un poco mejor.
Y, por supuesto, la pregunta, casi la única que me hago: seré una buena madre? Claro que haré todo lo que pueda y sepa y aprenda para ello, pero quiero dar lo mejor de mí misma, y nadie puede asegurarme que lo seré. Siempre y en todo momento.


Seguiría escribiendo infinitamente sobre esto, porque es uno de los grandes milagros que han ocurrido en mi vida, pero no quiero pecar de cursi (más aún) o pesada.
En cualquier caso, por suerte, cada día que pasa es, literalmente para mí, un día menos.

1 comentario:

peps dijo...

Vas a ser la mejor madre del mundo!!! Ya me contarás qué canciones has puesto en esos cds, y espero que no le enseñes nunca las fotos de nosotros tres haciendo el mono en la casa de Lanzarote jajaja, que te va a perder el respeto. Qué bonito y qué sentido todo lo que escribes. Mucho ánimo con este último mes, que se pasa volando, y además para cuando nazca ya estarás oyendo de nuevo a todos los pájaros piar.

Un besote muy grande.