viernes, 27 de febrero de 2009

Por soleás

Como no sé estarme quietecita, y recién salidita de un señor catarrazo (como ya sabéis) pues me pongo los taconazos y el traje de faralaes y, hala!, a bailar flamenco esta tarde. Nada, una tontería: los grupos de flamenco de la escuela donde bailo una vez a la semana vamos a hacer un espectaculillo esta tarde y así mostrar a un público (familiares y amigos, vaya) lo que vamos aprendiendo. Lo mismo que hacíamos cuando éramos pequeños en el cole a final de curso, o que hacía cuando aún bailaba ballet, pero unos cuantos años más tarde. Y en Bélgica, je,je, lo cual no deja de tener gracia.
Y, aunque es una tontada, no sé, tengo el gusanillo por aquí dentro, y me da casi hasta un poquitín de vergüenza que Mathias y algunos amigos vayan a venir a verme. Qué bobada, no?
Eso, yo a lo mío, que tanto me gusta. Y, si otros pasan un buen ratillo, pues mira, que me quiten lo bailao ;-)

PD: Lo del traje de faralaes es coña, vamos muy discretitas, falda negra y sin volantes ni lunares, que esto no es la Feria de abril...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

cachis...yo que me había hecho la ilusión de verte en traje de fiesta. Sigo tu blog religiosamente, como una fan, entre tema y tema de civil o procesal. me examinaré más o menos en mayo, te tendré actualizada con las noticias.
pd: a mí también me da envidia vuestro viaje a Islandia

Anónimo dijo...

Eso, eso. ¿Dónde mejor vas a bailar flamenco que en Flandes?
Pues espero que saliera todo muy bien, ya me contarás. O ya escribiré a tu esposo para que me haga la crítica objetiva, que en esto del arte es muy exigente jajaja.