martes, 17 de junio de 2008

¡Por fin un comentario! ¡No, dos!


Y qué feliz me he sentido, oyes, ya pensaba yo que esto de los blogs no era para mí o que me hago mala publicidad o que lo había entendido mal y no se supone que nadie tiene por qué contestarte. En fin, que qué felicidad ver un par de mis entradas comentadas, aunque no sepa quién eres...ya estoy pensando en cuando leeré un nuevo comentario, si tendré que esperar muchos días, ay, qué emoción!!!

Hala, a la vida real otra vez: cita con el dentista, más vulgar y terreno no puede ser, en fin.

Como regalo por lo contenta que me ha puesto ver esos comentarios, un botón (evidentemte el orden de los factores no altera el producto, el botón primero y el texto después, o al revés, qué más dará...)

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