domingo, 15 de junio de 2008

Domingo por la tarde

Domingo 15 de junio, aunque el color y el fresco del día son más bien propios de septiembre, tanto que la tarde completa la hemos pasado encerrados (por voluntad propia, que nadie se asuste) en casa, bien pegaditos a nuestras pantallas, libros, cuadernos y periódicos, dos auténticos empollones cuatro ojos que disfrutan ( de verdad, y aquí no se puede leer ningún tipo de ironía) con la tranquilidad de un domingo así.
Me pregunto cómo pasan los políticvos que ocupan altos cargos sus domingos, si no se levantan de la cama en todo el día intentando reponerse de las visicitudes de la semana (como trabajan tanto...) o si, por el contrario, se entregan ferozmente al alcohol y a una actividad frenética en la cocina o limpiando el trastero...Porque el resto de la gente, pues más o menos hace lo que se supone que tiene que hacer: los jurgolistas por un día hacen algo medio qué, Nadal se dedica a ganar partidos de tenis, los estudiantes hacen como que estudian, los artistas preparan jaranas o se reponen de ellas, las amas de casa se ocupan de la cena, la plancha y de desfacer todo tipo de netuertos mientras sus maridos se debaten entre el bricolaje chapucero o ver el partido de turno con los amigos en el bar, última oportunidad de la semana para liberar adrenalina y/o escapar de ayudar a Pedrito con los deberes.
Los intelectuales intelectúan, digo yo, algunas personas hojean aletargadas el periódico, los adictos al deporte han de contentarse con salir a correr con esos aficionaduchos domingueros porque el "Fitness centre" cierra el día del Señor (aunque cada bvez más se estila eso de 24horas al día/7 días por semana en forma sudando-como-cerdos-en-la-cinta-esa-en-la-que-correr);
los camareros sirven pinchos de tortilla y cañas anti-resaca (vale, aquí en Bélgica no, ya lo sé...) y algunos locos de mis amigos a los que admiro profundamente arreglan un poquito el mundo y trato de imaginar cómo son sus domingos por la tarde. "Desde aquí todo mi afecto, mi cariño y mi apoyo", que diría cualquier político modelno. Y que conste que de verdad les admiro y desearía tener tantro coraje como ellas para aportar mi granito de arena.
Al lío: domingo por la tarde, que aquí comienza a las 13.00 ya comidos y el café y los platos fregados, y termina a las 19.00 cuando llaman a cenar.
Voy a salir a la calle a disfrutar un poco del mío mientras sigo imaginándome cómo son los domingos de políticos, artistas, intelectuales y morralla en general.
Amén.

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