domingo, 18 de enero de 2009

Sauna

Quizá suene caprichoso y hasta un poco pijo que, justo ahora que, como siempre, tantas desgracias sacuden al mundo, nostros vayamos y decidamos pasar parte de la tarde del domingo en una sauna. Pero es que la vida sigue, y hoy se cumplen seis meses desde que nos casamos (sí, sí, asín de rápido pasa el tiempo) y decidimos medio celebrarlo de una forma un poco especial. Y qué maravilla, dos horas dedicadas a estar tumbados, relajarnos, charlar, pensar, con dos tipos de saunas diferentes (finesa y de infrarrojos), ducha de agua fría, de agua caliente, espacio para relajarnos, todo un gusto, de verdad.
Así estamos ahora, medio atontados, apoltronados cada uno en un sillón con el libro y el ordena, dispuestos a pasar el resto de la tarde tranquilamente, disfrutando de este momento de calma y relajo absoluto de cuerpo y mente. 
Uf, tenía que escribirlo, me siento taaaaaaaaaaaaan bien...

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