miércoles, 6 de octubre de 2010

Cambio de tendencia

Cuando entré en la facultad estaba convencida de que lo mío era e iba a ser siempre la literatura. Más concretamente, la poesía.
Los cinco años largos que estuve ahí seguía esa idea fija en mi cabeza, y leí y escribí todo lo que pude y más.
Al venirme a vivir a Bélgica, descubrí que la enseñanza del español para extranjeros ofrecía también mucha belleza, y no era sólo un medio para subsistir. Dejó de ocupar un tercer o cuarto plano en mi escala para adquirir un lugar con derecho propio. Y ahí también me reencontré con la literatura, y la poesía me ayudaba en muchas de mis clases.
Este mes la tendencia ha vuelto a cambiar, y me veo inmersa en un departamento de lingüística, el eterno enemigo de los literatos, al menos en cuanto al mundo universitario, endogámico y cerril se refiere.
Estoy descubriendo que me gusta mucho, que hay parcelas de investigación tan interesantes como muchas de la literatura y que las palabras no son sólo el envoltorio de las ideas, sino las ideas mismas.
Se abre un mundo nuevo para mí. Mejor dicho, redescubro un mundo que estaba ya ahí y aprendo todo lo posible de él y, además, me da para vivir.
Así que ahora literatura, enseñanza de español para extranjeros y lingüística conviven en armonía. Será que me estoy haciendo mayor y veo que la riqueza está en la complementariedad, en la inclusión.
Más vale tarde que nunca. Y desde mi propio despacho, uuuuuuuuuuuuuu, con teléfono y ordena y horas de tutoría y todo. Es oficial, ya soy mayor.

2 comentarios:

peps dijo...

Yo también quiero ser mayor... ¡Cómo me alegro, Lydia!

Anónimo dijo...

Felicidades guapa!
Disfrútalo mucho...

PD: yo también quiero despacho ;-)

Elvira