martes, 1 de diciembre de 2009

Trabajos útiles

Ayer se me ocurrió ver, como cada semana "Informe semanal" en internet. Uno de los reportajes, a priori el que iba a ser menos interesante para mí, fue al final el que me dejó run-run, run-run después, y esta mañana. Trataba acerca de las obras mastodónticas que están haciendo en Asturias para conseguir que los trenes de alta velocidad lleguen a esa comunidad. Entre ellas, la construcción de un túnel que atraviese Pajares que es ya el séptimo más largo del mundo.
Entrevistaban a ingenieros y trabajadores de la obra (en total están trabajando en ello 5.000 personas!!!!) y eso me dio qué pensar : no sé hasta qué punto mi trabajo como profesora de español para adultos extranjeros es algo útil, práctico, que da un servicio a la sociedad. Es más como un lujo, no? Y, sí, claro, como todo trabajo tiene sus trucos, sus complicaciones, sus dificultades, la exigencia de que estés preparado para ello.
No obstante, en comparación con lo que esos ingenieros con capaces de hacer, joder, perforar una montãna y hacer que pasen trenes por su interior!!!, en fin, mi trabajo me pareció un poco inservible.
Y, bueno, me fui a esos ejemplos lejanos, pero lo tengo en casa, a mi lado, en Mathias. Y le admiro, joder que si le admiro, ser capaz de hacer todo lo que hace con sus propias manos!
En fin, no escribo en rollo pesimista ni existencialista, pues me gusta, me encanta mi trabajo, y no sé si hay muchas más cosas que podría hacer con tanta pasión o dedicación. Pero me da que pensar, y quería compartirlo. Eso es todo.

1 comentario:

peps dijo...

¿Qué te parece hacer de hada madrina con alitas para que un grupo de profes snobs lleven a una panda de niños de tres años, a siete euros el niño, oiga, que ni siquiera saben hablar su lengua materna a que nos vean y escuchen en inglés durante cincuenta minutos?

Cada cosa que uno hace, si la hace convencido de que es útil para alguien, se hará útil. Con que un niño llegue a su casa queriendo ser el príncipe que salve a todas las princesas (y princesos) de los males de este mundo, me puedo dar por satisfecho, aunque la euforia sólo le dure un rato.

¿Qué me dices entonces de los alumnos que llegan a su casa fascinados de haber aprendido, de repente, en un día, a decir cosas como "al pan pan y al vino vino"? Recuerdo cuando me venían iluminaciones repentinas en clase de alemán sobre un giro gramatical, la lógica de una preposición o una palabra que se me atravesaba. El placer intelectual que eso conlleva es impagable. Y tú estás ayudando a que eso se produzca, "seño".

Besos de un lector pródigo que ha vuelto.