viernes, 11 de febrero de 2011

Algo sigue creciendo dentro

Hace ya tiempo que siento cómo te mueves ahí dentro. Y ayer lo notó tu padre por primera vez. Qué emoción tan indescriptible, igual a la que sentimos con tu hermano Tobias.
Ya sé lo que es estar embarazada, los cambios que sufre el cuerpo, las emociones, las incomodidadesy molestias, lo que no puedo comer y los antojos graciosos que me dan, los miedos que me asaltan de vez en cuando. Es todo igual, pero es distinto. Tú eres ya distinto. O distinta, según tu padre. El viernes que viene lo sabremos, no tengo paciencia para esperar una semana entera.
Cuando miro a Tobias, que dentro de nada cumple un añito, me digo que no lo hemos hecho tan mal al fin y al cabo, que es un niño feliz y alegre que nos completa. Entonces me tranquilizo y pienso que contigo será igual, que seguro que crecerás sano/a y feliz y, cuando quiera darme cuenta, estaré pensando en cómo celebrar tu primer cumpleaños.
Pero me da miedo no estar a la altura, no tener energía suficiente para los dos, no saber daros lo que necesitáis en el momento en que lo necesitáis. Y no me refiero a comida o juguetes, sino a amor, atención, oportunidad de ser vosotros mismos, de crecer y sentir que estamos a vuestro lado y, al mismo tiempo, que os dejamos libertad para llegar a ser quienes vosotros queráis llegar a ser; me da miedo no encontrar el punto intermedio entre ser madre y ser Lydia, convertirme en una madre posesiva y aburrida que sólo vive para estar en casa y asfixia a sus hijos o, al contrario, una mujer más preocupada de sí misma y de divertirse o crecer egoístamente que de las personas que necesitan de ella, de sus hijos, padres, hermanos, marido.
Parece que notas que hablo de ti, que escribo sobre ti, y justo en este momento te mueves. Y yo ya te quiero.

Así que no sé cómo será el futuro, cómo me portaré, cómo me verás, qué imagen tendrás de mí, cuánto me querrás. Nos obstante, te prometo dos cosas:
- voy a darte lo mejor de mí misma, igual que hago ya con tu hermano Tobias. Y casi seguro que me equivocaré muchas veces, pero te juro que siempre será con la mejor de las intenciones.
- ya me estoy cuidando mucho, prestando atención a lo que como, a lo que duermo, yendo mucho a nadar para estar fuerte en el momento del parto; voy a preparar bien el tiempo que estaré de baja, hago los ejercicios que me enseñó la fisioterapeuta y, sobre todo, te tengo constantemente en mente, como un nuevo motor (y sois ya tres, papá, Tobias y tú) que me anima a levantarme cada día.

Aquí estoy para ti, amor. Soy tu mamá.

No hay comentarios: