miércoles, 6 de enero de 2010

Felices Reyes

Ya están aquí. Bueno, medio están, porque en Bélgica no hay un festivo para poder jugar con los juguetes nuevos. Ni cablagata tampoco, ni carbón ni una bandeja con polvorones para que el reparto se les haga más ameno.
Miento. Una de mis alumnas del martes nos trajo a toda la clase una caja de esas XXXXXXXXL de surtido navideño, con roscos de vino y almendras de esas blancas. Por lo visto recibe una caja así todos los años de una amiga que vive en Madrid y, como no sabía que hacer con tanto dulce, pues la trajo para repartir en clase. Y, lo que sobró (mucho) para moi, que por algo soy la española.
Seré buena, y algunos voy a llevarles a mis jubiletas el viernes, que les encantan las pastas y dulces y tener cualquier excusa para alargar el café de la pausa, je,je.
El resto, para mí todo, que en una semana en Madrid no me dio tiempo a comer tantos como otros años. Y el calamarcillo (Pericolás le bautizaron en casa de mis padres, es un poco largo de contar, otro día...) tiene que empezar a acostumbrarse a lo bueno, claro.
Así que es raro trabajar tanto cuando por allí abajo estáis tan de fiesta todavía. Para más INRI, son días de exámenes, el sumum del trabajo tanto para estudiantes como para profesores.

Este año ha caído un "autoregalo" que he devorado en dos días: "Nocilla Experience". Con muchos ecos y referencias a otros libros, al arte, a la física, cine, música y chorradas varias, aún sigo dándole vueltas. tengo que leerlo una segunda vez (como mínimo) y, aún así, creo que se le puede sacar mucho más. Voy a animarme a comprar los otros dos libros que completan esta trilogía Nocilla, aunque combinarlos con Philip Roth (mi siguiente objetivo literario, oigo y leo y veo demasiado su nombre como para ignorarlo; habrá que darle un mordisco) y libros variados sobre bebés y cosas de bebés no será tarea fácil.
Pero el invierno se recrudece y mi tripa crece (pareado!), así que son muchos los ratos para estar en casa (eso parece) y para ser aprovechados así, leyendo.

Se acabó el recreo, otra vez al tajo.

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