lunes, 21 de mayo de 2012

La mano que mece la cuna

Mis manos no mecen tu cuna, porque no es como esas antiguas que se mueven, que se mecen. Sin embargo, mis manos te sacan de la cuna por la mañana, te cambian el pañal, te visten, te peinan, te perfuman y te quitan las legañas. Mis manos preparan tu leche, y te dan el biberón mientras secan las lágrimas derramadas mientras llorabas de hambre y de impaciencia (¡toda una noche sin comer, cómo voy a tener paciencia, y cómo puedes saber tú que tengo hambre si no lloro!)
Con mis manos hago tu comida, te acaricio, te mido la temperatura si tienes fiebre, te baño y te corto las uñas, te ayudo a zafarte de Tobias que, en su entusiasmo por jugar contigo, no se da cuenta de que te hace daño.
Mis manos mueven los muñecos que tanto te hacen reír, os ponen los dibujos que tanto os entusiasman antes de ir a dormir, pasan las páginas de los libros que te gusta ver y tocar. Uso mis manos para sostenerte ahora que quieres ponerte de pie y ver el mundo desde otra perspectiva, para arroparte cuando te destapas por la noche, para hacerte cosquillitas en la nuca y en la espalda cuando te echas, cansada, sobre mi regazo, para cepillarte esos dos dientecillos de ratona que te han salido.
Mis manos son el juguete que te metes en la boca para mordisquear cuando no quedan otros cerca , las que empujan el carrito cuando vamos a la calle o te dan un trozo de pan recientito de la panadería.
Sí, pequeña Clara, fueron mis manos las primeras que tocaron tu cabecita cuando apenas asomabas al mundo (la ginecóloga, muy energética ella que, en su entusiasmo, me cogió la mano y me obligó, "¡Toque, toque, que ya está aquí, tanto pelo!" Literal), las mismas que ahora teclean y se emocionan al recordar lo maravilloso que es el mundo desde que tú existes.

Por tu primer cumpleaños, te regalo mis manos, las mismas que han hecho todo esto en tan solo un año, las mismas que antes ya lo hacían por tu hermano, las mismas que seguirán haciendo todo esto (y muuuuuucho más) por ti el resto de tu vida.
Espero que te guste mi regalo, Clara, mi muñeca de ojos grandes.

Clara, 10/6/2011

3 comentarios:

Anónimo dijo...

PRECIOSO!!!!!!!
Casi me haces llorar, hija...
Cómo nos ha cambiado la vida desde que somos madres, verdad?
E.

Lydia dijo...

A veces no sé si me repito un poco escribiendo tanto sobr emis emociones desde que soy madre, pero me gusta pensar que algún día Tobias y Clara leerán estas cosas y así sabrán qué pensaba y sentía su madre cuando ellos eran pequeños...
¡Mil gracias por tus comentarios, siempre, Elvi!
Muak

Begoña dijo...

Precioso, mi niña.
Les encantará leerlo, seguro. Y mientras ellos crecen, lo disfrutamos nosotros, con las lagrimitas a punto y un nudo en la garganta...
Mil besos

Bego