jueves, 23 de febrero de 2012

Ahogaíta

El domingo llegó la gripe a Engelstraat 77 y vino como el caballo de Atila, que por donde está pasando no va a volver a crecer la hierba. primero Tobias, luego yo, Clara, Tobias otra vez, Clara hoy. Dos visitas al médico, otra más mañana por la mañana, una caja de aspirinas, dos botes de jarabe, gotas para la nariz, antibióticos, kilos y kilos ( y no exagero) de pañuelos de papel. Esto es agotador, así que perdonad si no he respondido a vuestros comentarios o no he escrito nada interesante, pero hoy es el primer día de esta semana que puedo mirarme al espejo, y no exagero.
Por supuesto, a un lado el trabajo, los planes pendientes, un concierto al que quería ir mañana, encontrarle gusto a los alimentos, dormir una sola noche sin pensar si alguno de los dos peques subirá de 39, poder respirar por la nariz.
A ver si la primavera nos trae aires más saludables.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que así sea... o lo mismo AMÉN!

E.