miércoles, 15 de diciembre de 2010

Un explorador en mi cocina

Y en el salón, y debajo de la cama, y entre las sillas, y alrededor de las plantas. Desde que Tobias gatea ( y lo hace a velocidades impensables para mí) el piso se ha convertido en un gran y jugoso territorio para explorar.
Por supuesto, lo que más mola son los enchufes, alargadores de electricidad, el cable del ordendor, el detergente de la lavadora ( que está en el suelo), las pelusas de polvo que se acumulan debajo de la cama, bien lejos, donde nunca llega la aspiradora, las hojas de las plantas, la tierra de las macetas, la calefacción. Bueno, de vez en cuando, algún juguete. Pero menos.
Y ya entiende perfectamente las palabras "Tobias, Tobias, no toques eso, que quema-es peligroso-te vas a hacer daño-está sucio" y, por unos instantes, se para, da media vuelta y sigue explorando por otro sitio. Hasta que te descuidas y, zas, ahí está, otra vez a por el enchufe. No, si la culpa es tuya, madre, por despistarte y mirar para otro lado...
Claro, así, este año, árbol de Navidad, pues poco.

No hay comentarios: