Pasados los días de vacaciones, las comidas y cenas y viajes y excesos, me encuentro con una mañana de domingo que puedo dedicar casi íntegramente a uno de mis placeres dominicales favoritos: leer el periódico.
Así de simple, sentarme cómodamente en el sofá, taza de café en mano (cuando vivía con mis padres solía ser a la hora del apertivo, en la mesa de la cocina) y portátil en el regazo. Sí, no es en papel, que es como más me gusta, pero no tengo dónde comprarlo cerca, así que la versión digital -enriquecida también los domingos, y si no fijaos a partir de ahora- también me vale.
Es cierto que, convaleciente de un nuevo episodio de anginas y con Clarita durmiendo a mi lado (se ha levantado muy débil y con vómitos, pobrecita mía, y no quiere más que dormir) es casi lo único que puedo hacer. Y, si no fuera por esto, porque ambas estamos enfermas, el cuadro sería idílico: hay nieve fuera, hace frío pero luce un sol de invierno que me encanta, y los chicos se han ido a disfrutar de esta mañana de domingo invernal para que nosotras podamos descansar y disfrutar del silencio. Y del periódico.
3 comentarios:
¿Otra vez con anginas? Cuídate mucho, hijaaaaa.
Sí, otra vez, hijo, otra vez. De esta me las quito ya. Bueno, me las quitan, claro.
Cuidate mucho, hermana! como va la niña? Ánimo!
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