En Bélgica, se entiende.
Y el caso es que la vida sigue como si nada, la gente está taaaaaaaaaaaaaaaan harta (y lo entiendo) de políticos incompetentes que se dedican a jugar con sus votos sin hacer política de verdad que, pese a la gravedad de la situación, no se echan las manos a la cabeza. Menos aún con las Navidades a la vuelta de la esquina, todos queremos disfrutar de unos días de familia y vacaciones y no hay tiempo para politiquillos de mierda.
A ver dónde va a parar todo esto.
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