De la lingüística. Sí, sí, otra vez. Tobias, otra vez. Y me he quedado tan con la boca abierta que no he sabido cómo reaccionar ni qué decirle hasta pasados un par de minutos. Porque la que me ha soltado me la esperaba, no sé, con 15 o 16 primaveritas, pero no con 3 y pico. El jodío.
Resulta que muchos miércoles por la tarde, con eso de que no hay cole, una nena de su clase y él juegan juntos, o bien en nuestra casa o bien en la de ella.
Hoy toca (lo digo en presente porque todavía rondan por aquí, la anécdota que voy a contaros es de hace media hora escasa) aquí. Y estaba dándoles la merienda a los angelitos haciendo equilibrios entre el español y el neerlandés. Que bastante cacao mental tengo yo decidiendo en qué hablarles a mis hijos cuando hay otros niños delante -por ejemplo, en el colegio- a los que estoy hablando en neerlandés.
Hasta ahora más o menos había encontrado la fórmula, repitiendo todo en los dos idiomas, una vez para los otros nenes y otra para mi prole. O eso creía yo.
Estaba siguiendo yo muy ufana a mi yo traductor cuando, de repente, Tobias, en neerlandés, mientras yo le hablaba a su amiguita, va y me suelta: "Nee, mama, doe dat niet, je spreekt niet goed Nederlands" (en cristiano: "No, mamá, no hagas eso, que no hablas bien neerlandés"). Vamos, que ma ha hundido en la miseria este hijo mío, sangre de mi sangre.
Cría cuervos...
1 comentario:
No lo había leído!! Jajajajajajajajajajajaja. Me parto con tu hijo, qué crack!
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