Verídico y cierto: las aceras están congeladas, no porque haya llovido y por la noche esa lluvia se hiele, sino porque, con la ola de frío que sufrimos nosotros y toda Europa, las aceras están congeladas.
Y es peligroso, en serio, todo el camino desde mi casa hasta la tienda (diez minutillos) mirando al suelo y con cuidado de no caerme. Como una abuela, pensará más de uno, pero lo digo en serio, no es tan fácil andar así.
Menos mal que aún queda gente aprensiva y amable por el mundo que le advierte a una de los peligros que encierra el aventurarse a salir a la calle con estas temperaturas.
Todo porque me estoy haciendo mayor y tengo que hacerme unas cortinas nuevas. Quién me ha visto y quién me ve. Con suegra y todo.
PD: Quiero volver a ser escritora. Terminé anoche el libro de Javier Marías "Tu rostro mañana. 2. Baile y sueño" y, como no puedo ser él de mayor y escribir así y encerrar tanto conocimiento y construir historias de esa forma abundante e inconmensurable suya, tendré que conformarme con intentar volver a escribir algo medianamente decente. A ver.
1 comentario:
Pues aquí hoy está nevando de lo lindo, además lo gracioso es que aquí nieva menos que en madrid. Menudo follón de tráfico se ha montado...
Ánimo con esos proyectos literarios. ¿Cómo que no puedes ser como Marías? Probablemente llegues a ser mejor, con tu propio estilo, eso sí, pero incluso mejor.
Un besote escritora.
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