La del mundo en que vivimos.
Noticias que vuelan, hay que estar al día de todo, de lo casposo de Eurovisión, de quién ganó las elecciones en Colombia, de quién las ganará aquí en Bélgica el 13 de junio, de las medidas de recorte presupuestario del gobierno español y las maniobras electorales (más elecciones!) de los partidos en la oposición, de la más que posible huelga general, del desastre ecológico en el Golfo de México, del campeonato del mundo de fútbol en Suráfrica, de los ataques de Israel a flotas con ayuda humanitaria para la franja de Gaza.
Además, hay que vestir según lo que se lleva esta temporada, estar atenta a los programas que ponen en televisión para poder participar en las conversaciones más banales (incluso si no tienes tele), ser miembro de facebook para contactar con miles de "amigos" a los que puede que haga años que no veas ni sepas nada de ellos (pues por eso precisamente, boba!!!Y lo que te estás perdiendo por no abrirte una cuenta!!!) y seguir lo que pasa en "Lost", que es la serie que hay que ver esta temporada.
Total, que apenas queda tiempo para comer, pasear, leer un buen libro o reflexionar, porque casi todo es el aquí y el ahora, rápido, efímero, pasajero, insustancial y, al mismo tiempo, imprescindible a la par que irrelevante.
Será que tengo el día pesimista o que me he levantado con el pie torcido, pero creo que lo único que me queda que realmente merezca la pena tanto esfuerzo es Tobias: sus balbuceos, sus incipientes juegos, cuando se mira las manos o habla con el móvil, el movimiento de sus piernitas, los chapoteos en el baño, la sonrisa maravillosa y única que me regala cuando consigo acertar con la caricia en el lugar adecuado, pasar horas y horas de cada día dedicándome en cuerpo, pensamiento y alma a sus cuidados, a hacerle feliz.
Es por él que mi vida tiene ahora pleno sentido, es más equilibrada, sosegada, más real. Es por él que se hace más llevadera esta (y es ahora que el famoso título adquiere un significado nuevo) insoportable levedad del ser.